Pimientos
El Chiledel náhuatl chilli-, también llamado Ajídel taíno haxí– en Suramérica y Pimiento en España –por comparación, en su picor, con el de la pimienta-, es el fruto –baya– de diversas especies del género Capsicum, de la familia de las solanáceas / Parece ser que la expresión “me importa un pimiento” para indicar que algo carece de importancia proviene tanto de la abundancia y la facilidad de acceso a esta planta durante la temporada de su cosecha como de su omnipresencia en nuestro recetario. [Pimentos del Piquilo en el mercado de Tudela]


Los llamemos como los llamemos. Ya sean crudos, asados, fritos, salteados, horneados, confitados o rellenos. Rojos, amarillos, verdes, granates o naranjas. Ya se presenten en ensalada, como plato principal, acompañamiento, condimento o postre dulce. Sean Picos o Piquillos, Morrones o Cornicabras, Ñoras o Choriceros, de Gernika o Padrón –ahora Herbón-, Lodosa, Bierzo, Couto, La Vera, Murcia, Conil, Espelette o Torquemada. Picantes, dulces, agridulces y amargos. Al natural, envasados, congelados, secos, encurtidos o triturados.
Ahora que los últimos pimientos han abandonado nuestros campos, dejándolos huérfanos de su colorido resplandor. Ahora que ya han sido convenientemente preparados para alegrarnos las comidas a lo largo del resto del año, es hora de rendir un pequeño homenaje a esta pequeña planta venida del otro lado del Océano. Qué difícil sería tener que quedarse con uno solo de ellos, con una sola de sus preparaciones, o con solo uno de sus aromas. Ya lo creo que importa!