
Esta receta es mi aportación a la Edición de Febrero de 2017 del Juego de Blogueros 2.0 que dirige y organiza nuestra amiga Mònica desde su Blog Dulcedelimón. Podéis deleitaros con el resto de recetas de esta edición dedicada, una vez más, a la Fresa en los blogs que escriben nuestras amigas y amigos:
- Laura y Samuel de Aglutina2
- María José de Aquí se cuece jugando
- Carlota de Art i Cuina
- Elvira de Así se come en Granada
- Ana María de Azucarito
- Carabiru de ¡Birulicioso!
- Fe de Código secreto 280
- Mònica de Dulcedelimón
- Rebeca de Enganchados a la Cocina
- Inma de Entre 3 fogones
- Ana N. de Entre obleas y a lo loco
- Raxel de Home & Run
- Sandra de Justfoodlovers
- Silvia K. de Kuinetes
- Leila de La nueva cocina de Leila
- Carolina de Las Recetas de Carol
- Ligia de Los dulces de Ligia
- Jorge de Mastercocinillas
- María de Mins Cocina
- Noelia de Noestevez’blog
- Maribel de Picoteando ideas
- Pamela de Recetas Económicas y Creativas
- Neus de Rorosacabolas
- Kemberlyn de Sonrisa vegana
- Melissa de Soy Repostera
- Maryjose de Tapitas y postres
- Silvia A. de Unapizcadena
Tomates por Fresas.
Vamos otra vez con las fresas. Esta vez, al menos, no puedo argumentar que es un fruto que no me gusta; me encanta. De hecho tengo plantadas unas cuantas –del tipo Mara des bois-. Son bonitas, son perennes, no necesita mucho cuidado, dan unos frutos pequeños pero de aroma y sabor intenso y son, sobre todo, dulces. Ahora bien, y al menos por estas tierras, son fruto de primavera bastante avanzada… empezamos bien.

Coma ya sabéis de mi aversión por preparar postres y dulces –o, más bien, mi nulidad manifiesta– una vez más toca darle unas cuantas vueltas a la receta. Lo primero que me vino a la mente fue el intercambio entre dos frutos bastante más similares de lo que tal vez pudiera parecer; las fresas y los tomates. Son dulces y ácidos, jugosos y carnosos, rojos y brillantes. Son, en definitiva, intercambiables.
Empecemos por ahí. Y el siguientes paso podría ser ¿un gazpacho de fresas? ¿O tal vez un Mojito o Bloody Mary de fresa? ¿Y qué tal si reconvertimos el clásico arroz con leche y coulis de fresas en un sushi de arroz glutinoso con trocitos de fresa envuelto en una gelatina de frutas?. Voy a tener que centrarme…
Las fresas y el mar {la mar}
Hace unas semanas me regalaron el libro de la Escuela de Cocina Scook de Anne-Sophie Pic –de quien ya hablamos en la anterior entrada; Crema de Coliflor con Naranja y Semillas de Cilantro-. No voy a insistir en lo elegante, refinada y delicadamente innovadora que resulta su cocina, baste con decir que me tiene totalmente cautivado y buscando cualquier excusa para presentarme a su puerta –soñar sigue siendo gratis, no?-.

Ojeando dicho libro me llamó la atención que la misma reflexión que me había hecho acerca de las similitudes entre la fresa y el tomate, la Chef la tomara como punto de partida de una de sus maravillosas creaciones –Bogavante y Apio con frutas rojas-. Marisco –o pescado– y fresas; definitivamente un excelente punto de partida desde el que buscar –y tal vez encontrar- una deliciosa elaboración que equilibrara la acidez y la salinidad de su ingredientes principales. Un camino interesante y con muchas posibilidades. Sigamos adelante.
Click!
Pescado y Fresas. Mi gran duda en este momento se centraba en el modo en el que presentar las fresas; habían de ser frescas –sin ningún tipo de cocción-, con una elaboración que respetara –potenciara– sus características. La respuesta llegó repasando algunas de las innumerables –bueno, sí, en realidad son unas treinta– fotos de recetas preparadas a lo largo del último año y que –aún– no he llegado a publicar. De pronto apareció en pantalla la imagen de mi Pesto Rosso preparado con tomates secos, albahaca, alcaparras, anchoas –o colatura– y almendras.
Me encanta ese momento –debe de ser deformación profesional– en el que las ideas, expectativas, emociones, imágenes y mensajes comienzan a ordenarse en el cerebro, como si siempre hubieran estado esperando al momento oportuno, a ese golpe, ese click, para alinearse y combinarse hasta producir algo nuevo. Había llegado el momento, el pesto rojo se estaba transformando mentalmente en un pesto de fresas. El tiempo nos confirmaría el resultado.

La cuadratura del círculo.
Las últimas dudas para completar la receta se referían al tipo de pescado a utilizar y al elemento que ejerciera de nexo de unión entre las partes.
El pescado habría de ser blanco, fragante y suave, y al mismo tiempo, con un ligero toque crujiente. Tal vez un lenguado o un gallo, fáciles de conseguir y manipular. Y en una cocción de dos tiempo, para potenciar la suavidad propia de su carne y acentuar el matiz crujiente de su exterior. Confitado y marcado, eso es!
El tercer elemento habría de combinar partes comunes y complementarias de los otros dos; tal vez algo de grasa para suavizar y contrarrestar la acidez –las fresas no están en su momento más dulce-. Evidentemente, y habida cuenta mi re-inmersión lectora en la cocina francesa, esa grasa tenía que ser la mantequilla, como si de un lenguado Meunière se tratara. Además, ya que iba a confitar el pescado, porqué no hacerlo en mantequilla. Y, si para finalizar, la aromatizaremos con un toque terroso, tostado y crujiente de las almendras marconas –también presentes en el pesto– terminamos redondeando la preparación. Esto pinta bien, así que vamos pasando a la cocina.
Para el Pesto de Fresas:
- 250 gramos de Fresas.
- 30gramos de Almendras Marconas.
- Un manojo de hojas de Albahaca fresca -unos 15 gramos-.
- Un puñadito de Queso Parmigiano Regiano –unos 15 gramos– u otro queso de masa prensada y seco al gusto.
- Un par de cucharadas de Aceite de Oliva Virgen Extra.
- Sal y Pimienta –al gusto y con moderación-.
Para el Gallo confitado.
- Un Gallo grande, Lliseria o Gallo del Norte –de unos 750 gramos– fileteado cuidadosamente, escamado y con su piel.
- Medio kilo de Mantequila –dependiendo del tamaño del recipiente de confitado-.
- Una pizca de Estragón –al gusto–
- Unos granos de Pimienta de Sichuan.
Para la Mantequilla de Almendras.
- 50 gramos de Mantequilla en pomada –a temperatura ambiente-.
- 15 gramos de Almendras Marconas.
- Media cucharadita de Brandy o Cognac –al gusto y opcional-.
- Sal y Pimienta –al gusto y con moderación-.
Antes de seguir adelante.
Antes de iniciar la receta propiamente dicha hay dos preliminares fundamentales a abordar. El primero pasa por tostar las almendras en el horno volteándolas hasta que adquieran un bonito color dorado terroso. Para el segundo volvemos a necesitar del horno, esta vez a 50ºC –reales-. Tomamos el recipiente que hayamos elegido para confitar el pescado –deben de caber las porciones holgadamente-, colocamos la mantequilla junto con los aromas –estragón y pimienta de Sichuan, al gusto-, dejamos que se derrita muy despacio y alcance la temperatura de confitado.

Como durante este proceso se separará la grasa del suero y demás impurezas, podemos recuperar la primera para volver a utilizarla, una vez filtrada, como mantequilla clarificada para otras elaboraciones –de pescado, obviamente-. Esta grasa se puede conservar largamente en un bote hermético en el frigorífico.
El Pesto de Fresas
Tomamos 30 gramos de almendras tostadas y las trituramos en el robot -o con la ayuda de la batidora, o a mano– hasta obtener trocitos muy pequeños pero sin que lleguen a transformarse en polvo. A continuación incorporamos el resto de los ingredientes; las fresas limpias y sin pedúnculo ni parte dura de la base –reservamos un par para el emplatado-, la albahaca en hojas, el queso rallado y el aceite. Volvemos a batir todo hasta obtener una crema homogénea pero en la que se noten las almendras.

Verificamos y corregimos el punto de sal –y pimienta– y vertemos el pesto en un bol que sellaremos con papel film –filmamos– y reservamos al frío hasta el momento de su utilización.
La Mantequilla de almendras
Volvemos a picar finamente otros 15 gramos de almendras y los mezclamos con la mantequilla –que estará en pomada, es decir a temperatura ambiente y fácilmente manipulable-, el brandy –opcionalmente– y la sal y pimienta –muy ligeramente-. La textura ha de resultar homogénea pero, como en el caso anterior, con una leve presencia crocante de las almendras.

Volvemos a filmar y reservamos esta vez a temperatura ambiente a fin de poder manipularla más adelante con comodidad.
El Gallo confitado
Tomamos los filetes de gallo –que nos habrá preparado el pescadero– y los cuadramos, es decir, los recortamos hasta obtener dos piezas rectangulares similares por lomo -ocho en total-. Los recortes y puntas desechadas las guardamos para elaborar fondos de pescado, arroces, frituras, etc.

Salamos abundantemente cada una de las porciones y dejamos que el pescado la absorba durante unos tres minutos. Una vez transcurrido el tiempo pasamos muy rápidamente cada una de ellas por agua, secamos cuidadosamente y reservamos.
Comprobamos que la mantequilla se encuentra a la temperatura correcta –termómetro a 50ºC– e introducimos las porciones gallo en dos tandas, una para los lomos superiores –más gruesos y de piel más oscura– y otra para los inferiores –más finos y blanquecinos-. Dejamos confitar durante unos 5 minutos y los extraemos, con mucho cuidado, a una rejilla para que liberen el exceso de grasa. El pescado está confitado

En el momento de servir gratinamos las porciones de pescado durante un minuto en el horno a 180ºC y con la piel hacia arriba a fin de dorarla y hacerla levemente crujiente. Con todas las partes de la receta preparadas y los comensales en la mesa, nos disponemos a emplatar.
La hora de la verdad
Tomamos un plato amplio y pintamos el fondo con una cucharada de pesto de fresas. Colocamos sobre él un par de láminas de fresa limpias y finas y terminamos con una porción de gallo por plato –con la piel hacia arriba-. Preparamos –con la ayuda de un par de cucharas– unas quenelles de mantequilla de almendras que colocaremos sobre la piel del pescado, dejando que se funda suavemente, y terminamos decorando con unos brotes o flores frescas y un toque de aceite de oliva.

El plato conjunta suave y delicadamente la salinidad de pescado con la acidez crujiente del pesto y la melosidad de la mantequilla, utilizando la untuosidad de ésta última, junto con el crujiente de las almendras, a modo de hilo conductor de un plato delicioso, complejo en matices, sabores y aromas, tremendamente ligero –pese a que pudiera parecer lo contrario– y muy refrescante. Una combinación deliciosa que, sin ningún género de dudas, volveremos a preparar y disfrutar. Esperamos que ustedes también lo hagan y mientras tanto… Bon appétit!
Etiquetado:Albahaca, Almendras, Confitados, Especias, Fresas, Gallo, Mantequilla, Queso
Como siempre me quedo con la boca abierta frente a la pantalla. No solo la idea del plato, sino cada una de sus elaboraciones y su ejecución me parecen de una elegancia y una sabiduría culinaria inmensas.
Me quedo con tu receta, con todos los pasos, y, cuando me atreva, me pondré con ella, porque estoy segura que de estará tan deliciosa como aparenta.
Besitos y muchas gracias por tu enorme aportación al reto :*
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Y, como siempre, muchísimas gracias Mònica! La receta es, de verdad, mucho más sencilla de lo que la extensión de la entrada puede hacer parecer. Y el resultado es sorprendente, solo falta esperar a que las fresas estén en su punto óptimo –por qué aún faltan unas semanas– y, según tengo apuntado para mi próximo pesto, algo menos de albahaca; he de conseguir que el pesto sea rojo-rojo 😉 Muchísimas gracias de nuevo y +besitos!
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Madre mía, aquí estoy ante la pantalla de mi ordenador, sin poder articular letra (palabra)…
Esto es una barbaridad de receta y de presentación.
Qué grande eres amigo 🙂
‘Un beso grande!
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Muchas gracias Inma! En realidad ya has visto que es una cosita bastante sencilla de preparar, pero el resultado merece la pena; es un festival de sabores y aromas. Y la presentación, ya sabes, esmerándome día a día. A veces sale y a veces no tanto 😉 Muchas gracias por tus palabras teacher! +besitos!
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Exquisito. Como buena gallega adoro el pescado sobre todas las cosas así que me has comprado de todas las maneras posibles. ¡Tan solo lamento no estar ahí para degustarlo! Gracias por tu propuesta, como siempre genial.
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Muchas gracias Silvia! Yo también debo ser medio gallego porque me encanta todo lo que viene de este mar tan frío, bravo y movido que compartimos 😉 Me apasiona el pescado y creo que se nota en mi blog; debe de haber unas tres o cuatro recetas de pescado por cada una de carne. Y sobre la receta solo te puedo decir anímate a prepararla, es muy sencilla y verás que resultado. Muchas gracias de nuevo!
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El momento en el que todas las ideas van encajando en tu mente y el plato va tomando forma tiene que ser algo excepcional de ver. Esta vez lo has bordado también. Pesto de fresas… increíble!
.. como siempre 🙂
Besos y gracias por deleitarnos una vez más!
Silvia K
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Jajaja! No te creas Silvia, es un momento –solo un instante– de alegría que termina en el convencimiento de que, una vez más, me he metido en una aventura que no sé cómo va a acabar 😉 Afortunadamente, aparte de la ayuda de la experiencia, siempre suele haber segundas oportunidades y también segundas opciones. Muchísimas gracias por tu comentario y besitos!
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La verdad es que en el poco tiempo que llevo participando en juego de blogueros, tus recetas son siempre muy sofisticadas, mas propias de un restaurante de estrella Michelin, pero que tú haces que parezcan sencillas de elaborar. Igual me animo a hacer ese pesto de fresas que tiene una pinta impresionante. besos!
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Muchas gracias Maryjose. La verdad es que, para el juego, me gusta pensar y preparar algo más elaborado de lo habitual. De hecho, el día que preparo la receta organizo una comida o cena con unos amigos para degustarla y recoger opiniones –a veces demasiado sinceras– 😉 No dejes de contarnos qué te ha parecido el pesto si llegas a prepararlo -mejor si esperas unas semanas a que las fresas estén más dulces-. Muchas gracias de nuevo y besitos!
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A la media hora de leerte, que es cuando he reaccionado 🙂 – me he preguntado cómo es posible que un plato pueda parecer «bello». Soy una negada para el arte contemporáneo. Un buen amigo dice que lo importante no es lo que ves, sino lo que una obra te hace sentir. Pues bien, leyéndote he sentido, una vez más, que hay duendes culinarios capaces de transmitir con unas fresas, un gallo y unas almendras Belleza 🙂 Un beso!
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Oix-oix-oix! Menudo piropazo! Voy a tener que agrandar las puertas de mi casa para poder entrar y salir de las habitaciones de lo hinchado que me has dejado el ego (y yo en plena «Operación Tripini»!) 😂 Ahora en serio, muchísimas gracias Neus, de verdad que es una enorme satisfacción –además de un honor– pensar, preparar y presentar una receta para que alguien llegue a valorarla tan positivamente como tu lo has hecho. De todo corazón, muchísimas gracias y muxu handi bat (besazo)
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🙂 la operación tripini a mi me debería durar todo el año 🙂 Muxu handi bat Antxon!
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Ya somos dos! 😉 +muxus
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Que bueno se ve todo, fíjate que siempre me da pereza confitar, pienso que es muy elaborado y no le presto mucha atención, pero veo que es de lo mas fácil, que organizado eres, se nota que así sale todo mejor. Me encanta el pesto, creo que todos lo hemos comentado pero es verdad apetece mucho. Felicidades.
Buen fin de semana
besss
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Muchas gracia Maribel! La verdad es que confitar es muy sencillo, basta con vigilar las temperaturas y los tiempo y, sobre todo, buscar cómo reutilizar las grasas –aceite o mantequilla– en otras elaboraciones. Yo siempre las filtro, las cierro en tarritos y guardo en frío (truqui) 😉 El pesto ha resultado estupendo y cuando las fresas estén en su mejor momento y más dulces tiene que ser maravilloso. Lo volveremos a hacer! Muy buen fin de semana también para ti y +besitos!
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😘😘😘
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Con la boca abierta me tienes Antxon desde que empecé a leerte, el pesto llamándome a gritos, el gallo susurrándome al oido y la mantequilla pidiendo permiso para unirse a la fiesta. Nunca he confitado así el pescado ni preparado mantequilla de almendras así que me muero por probar tus elaboraciones! Un besote.
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Muchísimas gracias Noelia! En realidad la receta es bastante sencilla, basta con un poco de cuidado y paciencia. Y, desde luego, el resultado merece la pena 😉 Prueba a confitar el pescado –también puede ser en aceite– y verás que suavidad y textura le da a la carne. Y no dejes de comentarnos cómo te ha salido y qué te ha parecido. Muchas gracias de nuevo y +besitos!
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Buenísimo!!! 😋…Impresionante tu blog. Gracias por compartir
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Muchas gracias por la visita y por tu comentario. En breve me paso por tu blog 😉 Un saludo!
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Qué pinta tan buena y vaya súper receta. De categoría! Enhorabuena 🙂
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Muchas gracias Sandra! La verdad es que la receta quedó deliciosa y muy bonita a pesar de que las fresas no estaban en su mejor momento. A repetir en primavera 😉
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No me da ningún apuro admitir que una de las receta que esperaba con más curiosidad este mes era la tuya, y has superado con creces mis expectativas.
Tengo que proponerme en serio meditar las recetas y posibles combinaciones de ingredientes al menos una cuarta parte de lo que tú haces. 😉
Y también tengo que apuntarme esta receta, porque el hambre que me ha dado leerte no es ni medio normal.
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Muchas gracias Carabiru! Me llena de satisfacción –y también de responsabilidad– tu comentario porque, como creo que se nota, me tomo este juego bastante en serio, tal vez más de lo que debiera 😉 Y lo de meditar es fruto de pasear a menudo –tengo dos perros– y aprovecho para dar vueltas a los ingredientes y recetas entre otras cosa. Lo dicho, muchas gracias de nuevo y si pones en marcha la receta, no dejes de contarnos tus opiniones.
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Toda tu receta me ha parecido de 10: la idea inicial, como va tomando forma, pensar en la mezcla de ingredientes, la ejecución y la presentación. Vaya tela! Me quedo por aquí sin ninguna duda
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Muchísimas gracias María José! Creo que es la primera vez que saco un diez en mi vida 😉 En serio, me alegra que te guste y quédate por aquí cuanto quieras, estás en tu casa. En breve os devolveré las visitas, el tiempo me da para poco más. Gracias de nuevo!
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Jolin Antxon, qué recetas más bonitas preparas. En casa tienes que tener a la familia encantada jaja Felicitaciones! 😉
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Jajaja! No sé que decirte; tengo a parte de mis sufridos degustadores un tanto aburridos de hacer de conejillos de india 😂 Menos mal que generalmente, una vez pasado el susto de la presentación de la receta, los comentarios suelen ser positivos! Muchas gracias de nuevo, Ana!
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Siempre me sorprendes! El pesto de fresas es muy interesante. Lo probaré, aún me quedan fresas 🍓😘
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Muchas gracias Kimberlyn! Estoy seguro que el pesto te va a encantar, es suave, refrescante, ligeramente ácido –cuando las fresas estén más dulces esto cambiará– y casi 100% vegano 😉 Muchas gracias de nuevo. 😘
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