Vamos con un guiso de carne tan sencillo de elaborar como suculento y reconfortante de disfrutar en estos primeros días de frío, aún no muy intenso. Un guiso que vamos a aromatizar profusamente de aromas camperos con el refrescante tomillo y el seco y punzante poso de un buen vino fino de Jerez. Esta receta, que os anoto a continuación, nace de la fusión entre dos tradiciones o, mejor dicho, dos maneras geográficamente distantes de entender y acompañar una carne tan especial como es el rabo, sea de ternera, vaca, buey o el totémico rabo de toro, tan generosamente ofrecido como escaso es en la realidad.
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