Es decir, una tortilla aderezada con todos los ingredientes del título y acabada al horno. Y no hay ningún secreto más. Siempre he tenido la impresión de que la Frittata es la tortilla ideal para quienes no quieren negociar el –a veces– complejo volteado y, además, obtener un resultar menos graso –esto va al a favor– y algo más cuajado –y esto a la contra-. Digamos que las tortillas que habitualmente practico se dividen, básicamente, en tres categoría; revueltos casi-cuajados, al modo de unos scrambled eggs –huevos revueltos– a la americana, revueltos o tortillas varias semi cuajadas y, por último, frittatas o tortillas bien cuajadas. Esta última categoría es la que, particularmente y en principio, menos me atrae, si bien todo depende de los ingredientes y el acabado. Así que, si hay que elegir…