La noticia es que no hay noticias. Bueno, al menos no de las que nos interesan; el inicio del verano sigue debatiéndose por estas tierras dejadas de la mano de los dioses entre las lluvias, los cielos preocupantemente grises y algún que otro destello solar claramente despistado –o desorientado-. Así que al mal tiempo, buena cocina. Hoy os quiero proponer, a modo de trampantojo emocional, una evocadora y deliciosa entrada que aúna parte de los sabores que, personalmente, más asocio al verano; calabacines, albahaca, tomates y que, en esta ocasión, vamos a travestir en un bonito pastelito templado y aromático. La receta en cuestión es de origen italiano y la vengo practicando -con mínimo esfuerzo y sorprendentes resultados– desde ya hace bastantes años. Una de sus principales virtudes…