Definitivamente, en esta verde tierra, la primavera sigue más instalada en nuestros deseos que en la climatología. «La lluvia es buena para el campo» solían decir hasta que los tomates comenzaron a desarrollar sus propias branquias. En cualquier caso no nos podemos –o no deberíamos– quejarnos; el día que el sol haga su aparición será todo un espectáculo sobre nuestras verdes colinas y valles que se deslizan hasta el mar. Y quien no se consuela es por que no quiere, se escucha en la lejanía. Y es esa lejanía, la Mediterránea concretamente, la base e inspiración de esta sencilla receta que casi ha quedado explicada en el título. Solo nos faltaría apuntar una breve explicación sobre los procesos particulares que vamos a aplicar a cada una de…