Esta es una divertida y sencilla entrada, ideal para un día de fiesta y en la que podemos disfrutar, de un modo diferente, de esta maravillosa temporada de espárragos. Para su elaboración solo necesitaremos unos buenos -y frescos- espárragos blancos, un poco de harina, un yogur y las especias favoritas con las que queramos aromatizarlo. Y esto, combinado con un poco de paciencia y un buen punto de fritura, nos dará como resultado una entrada -o aperitivo, o merienda- sorprendente y muy primaveral.
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