Una receta rápida, sencilla pero de resultado espectacular. El secreto de esta receta está en la grasa de pato, que proporciona una textura cremosa a las patatas y un aroma especial a toda la guarnición. Este ingrediente -grasa de pato- es relativamente fácil de conseguir en los establecimientos especializados o bien -truco!- reservando la que nos sobra de los envases de conservas confitadas que, una vez filtrada, se puede conservar en la nevera, bien tapada, durante bastantes meses.