Quiero retomar mi actividad bloguera con una agradecimiento y una receta tan básica como sorprendente y sabrosa. Así que vayamos por partes; el agradecimiento es para todas-todos-aquellos-aquellas, que habéis sabido disculpar mis –excesivamente– frecuentes y prolongadas desapariciones. Sabéis que han sido unos meses un tanto complicados y que, a mi entender –y deseo y esperanza-, han pasado definitivamente. Ya solo falta poner en marcha el motorcito bloguero y dejar que ronronee al compas de cuchillos, sartenes y cazuelas.

He querido elegir para este mi enésimo regreso una receta sencilla que incorpora un par de toques que la hacen realmente especial. Me encanta el bacalao y me encanta el arroz meloso y en esta propuesta vamos a combinar ambos ingredientes hasta convertirlos en –casi– uno solo gracias a la mezcla de las gelatinas del primero y los almidones del segundo. Potenciaremos la melosidad –y los aromas salinos– utilizando las pieles de bacalao y añadiremos unos puntos de contraste –en sabores y texturas– a través de unas aceitunas negras picadas –cuanto más naturales, mejor– y unos piñones tostados al momento –un suave amargor, profundidad, maderas y resinas-.
Acabo con la introducción. Esta receta, como tantas otras, bebe de varias fuentes; de mi experiencia y pasión bacaladera, de las notas de cocina de vanguardia doméstica de mi último curso –gracias Aitzol!-, de una receta original de Aduriz y del fabuloso libro «Bacalao» de la colección Tábula y editado por –cómo no!– Montagud Editores. Y ahora que ya he citado todas las fuentes, citemos los ingredientes:
- Un lomo de Bacalao de unos 350 gramos.
- 300 gramos de Arroz Arborio –o Carnaroli-.
- Unos 350 gramos de Pieles de Bacalao.
- Dos Pimientos Verdes medianos –tipo italiano-.
- Una Cebolla fresca mediana.
- Un Tomate maduro.
- Unos 200 mililitros de Vino Blanco seco.
- Una docena de Aceitunas Negras –naturales, a ser posible-.
- Un puñados de Piñones frescos –al gusto-.
- Una cucharadita de Piment d’Espelette en polvo –o su equivalente en Pimentón picante-.
- Aceite de Oliva Virgen Extra –unas tres o cuatro cucharadas-.
- Un par de nueces de Mantequilla –unos 70 gramos-.
- Una hoja de Laurel.
- Sal y Pimienta –al gusto-.
Como siempre que elaboramos una receta de bacalao el paso previo es su desalado. Mi sistema preferido –ya varias veces explicado y comentado– consiste en pasarlo por agua y mantenerlo en remojo durante 36 horas cambiando el agua cada 12. Como el resultado depende del tipo, corte y calidad del pescado y el agua, temperatura del remojo y reposo y, por supuesto, el gusto de cada cual –más o menos salado– mi mejor consejo es utilizar siempre el mismo tipo de bacalao, del mismo proveedor y probar hasta lograr el punto deseado. Una vez desalado lo secamos, envolvemos en un paño y guardamos al frío hasta el momento de su utilización.

Vamos con las pieles de bacalao –podemos comprarlas o pedir a nuestro proveedor que nos guarde aquellas que les sobran al limpiar las bacaladas-. Las lavamos, escurrimos, pasamos a una cazuela pequeña, cubrimos con agua –un litro aproximadamente-, añadimos una hoja de laurel y llevamos a ebullición. Una vez rompa el primer hervor bajamos el fuego y dejamos cocer muy suavemente durante una media hora. Finalmente colamos el líquido y lo reservamos a temperatura ambiente –los más osados podéis incluir alguna piel en la cocción del arroz-.
Mientras infusionamos las pieles podemos ir picando la cebolla fresca en juliana muy fina. La pochamos en una cazuela amplia con un poco de aceite de oliva y una pizca de sal durante unos 20 minutos cuidando que no tome color. Picamos los pimientos y los tomates –estos últimos además los pelamos– y los incorporamos a la cebolla dejando que el conjunto se sofría muy suavemente durante otros 20 minutos más.

Ponemos el lomo del bacalao en una cazuela, lo cubrimos con agua y llevamos a ebullición. En cuanto comiencen los primeros borbotones lo extraemos reservando el líquido de cocción y dejamos que se atempere. Limpiamos la pieza retirando la piel y las espinas –si las hubiera– y separamos el bacalao en láminas reservando las más bonitas para el empatado y el resto para el risotto. Finalmente añadimos parte de este líquido de cocción a la infusión de las pieles hasta obtener –aproximadamente– un litro y medio de caldo.

Al mismo tiempo retiramos los huesos y picamos las aceitunas muy finamente. Salteamos en seco –sin nada de grasa– los piñones a fuego medio hasta que adquieran un bonito tono tostado. Reservamos ambos complementos hasta el momento del emplatado.
Volvamos a la cazuela del sofrito. Incorporamos el arroz, rehogamos durante un par de minutos a fuego medio/fuerte y, a continuación, regamos con el vino blanco. Mezclamos bien todos los ingredientes removiendo sin parar hasta que el vino se evapore completamente. A partir de este momento comenzamos a añadir –cazo a cazo– el caldo de infusión de pieles y bacalao, removemos sin parar hasta que el arroz absorba el líquido y volvemos a añadir otro cazo de caldo. Este proceso ha de prolongarse entre 15 y 17 minutos cuidando que el arroz mantenga su núcleo crujiente.

Transcurrido el tiempo y con el arroz al punto –o un poco menos– comprobamos el punto de sal –cuidado con el bacalao-, incorporamos la mantequilla y removemos, ya fuera del fuego, enérgicamente. Finalmente añadimos las láminas de bacalao, volvemos a mezclar y, si fuera necesario, mojamos con un poco más de caldo. Risotto listo, vamos con el emplatado.

Disponemos en el fondo de cada plato un par de las láminas reservadas del bacalao. Sobre ellas depositamos dos o tres cucharadas del risotto, espolvoreamos un poco de Piment d’Espelette –o pimentón-, un poco de la picadura de aceitunas negras y unos piñones. Cerramos el plato con otra lámina de bacalao y pintamos con un finísimo hilo de aceite de oliva virgen extra. El plato está listo para ser disfrutado. La combinación de los aromas salinos, acres y resinosos con un leve toque picante sobre una base de una extrema melosidad con un punto crujiente resulta, sencillamente, delicioso. Solo falta añadirle una buena compañía en las copas y aún mejor en la mesa. Espero que ustedes lo disfruten y, como siempre, hasta pronto y… bon appétit!
Que rico, me encanta el arroz
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias Álvaro! Es una receta que no es complicada y resulta deliciosa. Un saludo.
Me gustaMe gusta
Que platazo!! Me ha encantado la receta.
Las aceitunas negras y el bacalao que gran pareja!!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Ya lo creo que sí! Y con la melosidad que le dan las pieles y el toque de madera de los piñones el resultado es delicioso 😉 Muchas gracias por tu comentario
Me gustaMe gusta
Wow…esto es ya de otro nivel. ¡Jamás se me hubiera ocurrido infusionar la piel del bacalao! Justamente acabo de terminar de comer, pero es que esto es TAN apetecible!!!
Eres un mago de los sabores, Antxon!
Me alegro yo también de que estés de vuelta bloguera.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Jajaja! Ya hace tiempo que las utilizo para intensificar, sobre todo, la gelatina en las preparaciones con bacalao; las salsas –verde, pil-pil, etc.- quedan espectaculares y perfectamente trabadas. De hecho, hasta hace poco regalaban las pieles, pero ahora que se están comenzando a popularizar, hay que pasar por caja 😉 Muchas gracias por los comentarios y la bienvenida!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Que alegría verte otra vez, como bien dicen las compis esto tiene que ser una diversión y disfrute y cuando no se puede, no se puede, pero reconozco que verte otra vez me saca una sonrisa y tus recetas ya ni te cuento. besss
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias Maribel! Si por ganas de participar, experimentar, compartir y divertirme no ha sido… más de una vez he estado a punto de publicar desde el móvil pero cualquiera se anima a escribir en una micro pantalla 😉 Bueno, al menos ya estoy situado y espero poder ponerme al día lo antes posible, que os debo muchas visitas, saludos y besitos! Gracias de nuevo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
besitosss
Me gustaLe gusta a 1 persona
Aquí eres bienvenido y bienhallado cada vez que quieras volver. El blog no es un trabajo y no hay que tenerlo como una obligación, el blog debe ser una expansión querida, un momento apetecido, nunca algo que se hace por no dejar de hacerlo…
Así que bienvenido y encantada con tu risotto, me fascina el bacalao, no hay forma en que no me guste este pececito 🙂
Me gustaLe gusta a 2 personas
Muchas gracias Ana! Tienes toda la razón, pero lo cierto es que en estas últimas semanas me he encontrado sin medios para hacer nada –ni cocinar ni escribir– y esta situación de querer y, al mismo tiempo, no poder es un tanto frustrante. Afortunadamente y a día de hoy la situación se presenta –al menos en apariencia– bastante más estable, con la alacena regordeta, los utensilios en sus cajones, el ordenador en su mesa y un servidor con ganas de recuperar el tiempo perdido. Veremos 😉
Me gustaMe gusta
No se como lo haces Antxon, pero leer tus recetas es casi poesía para mis sentidos, disfruto de cada paso del proceso, parando, releyendo y transportándome a una cocina repleta de aromas. Como buena vecina de un pueblo arrocero y apasionada amante de la cocina portuguesa, un risotto de bacalao no puede más que encantarme y si es preparado con ese trato y cariño que le pones a cada ingrediente tiene que ser una delicia para los sentidos. Me alegro de que intentes volver a tus rutinas blogueras, besos!!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias Noelia! La verdad es que con tanto elogio –además de ponerme de un bonito tono rojizo de «británico-recién-llegado-a-la-costa-del-sol»-a ver quién no se siente reconfortado y con ganas de continuar esta aventura y aprendizaje que entre todos compartimos 😉 Muchas gracias de nuevo.
La receta en sí es bastante sencilla -no deja de ser un risotto-, pero el punto de melosidad extra que proporciona la gelatina de las pieles y la combinación de sabores contrastados pero acordes de las aceitunas y los piñones la llevan un poquito más allá 😉 Lo dicho, muchas gracias y besitos!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Un rico arroz para un muy bien recibido regreso .
Un beso 😘
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchísimas gracias Inma! A ver si soy capaz de ponerme rápidamente al día y corresponder a vuestras bienvenidas como os merecéis –ya sabes que, aunque lo intente de todo corazón, soy un desastre, siempre tarde!– 😉 Muchas gracias de nuevo y +besitos!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Una receta fantástica, con una presentación más que apetecible! Pero lo mejor de todo es saber que volvemos a tenerte con nosotros!!! Hemos extrañado tus deliciosas recetas!!! Un abrazo Antxon!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchísimas gracias Ligia! Nos ha costado bastante más tiempo de lo que habíamos previsto pero ya estamos definitivamente instalados y en pleno proceso de retomar las buenas costumbres. A ver si, poco a poco, puedo retomar vuestros blogs y fantásticas recetas que, estoy seguro, hay mucho y muy bueno por ver 😉 Muchas gracias de nuevo! Un besito!
Me gustaLe gusta a 1 persona