Para ser completamente honesto debería de comenzar por decir que esta receta es más sencilla de elaborar que de escribir –una vez más-. También debería recordar que en la sencillez de una receta radica gran parte de su grandeza. Que sencillez no significa simplicidad. Y que en la contención de los ingredientes, en su escasez o «minimalismo» hay mucho de teoría y práctica, de experiencia y también de entendimiento y respeto hacia el producto. ¿Es mejor una receta solo por que contiene mil ingrediente y, muchos de ellos son –o tienen– nombres exóticos o impronunciables?. Creo que no. Adoro los salmonetes. Ya sean esos pequeños destellos de ocaso rojizo simple –y gloriosamente– fritos, ya sean esos contundentes lomos y filetes, embriagadores bocados de mar recién salidos del horno o parrilla…