
Desde que a principios de este verano leí un interesantísimo artículo en el que se elogiaban las infinitas bondades de la sandía, decididí darle una nueva oportunidad a esta peculiar y refrescante fruta. Tal vez porque creo no haber tenido la oportunidad de disfrutar de una sandía recogida en su mejor momento o en su punto óptimo de maduración y consumo es por lo que nunca he prestado demasiada atención a esta redonda –en el más amplio sentido de la palabra– fruta de verano.

Pero he aquí que este verano he descubierto tres sabrosas y divertidas recetas para que quienes no somos –o éramos– entusiastas de esta jugosa fruta la disfrutemos de unos modos un tanto diferentes. Las tres recetas comparten en su origen el ser adaptaciones de clásicos elaborados con otros productos. Así, entre el Gazpacho de Sandía, la Margarita de Sandía y el Cóctel sólido de Sandía impregnada en Sangría –del genial Albert Adriá para Tickets de Barcelona-, podríamos conformar una nueva trilogía de verano, esta vez alrededor de esta fruta. Tal vez.
De momento comenzaremos por preparar un refrescante gazpacho que aromatizaremos con un poco de Ajo negro, que aporta su aroma regaliz-anisado y una cierta profundidad, y unas aromáticas y refrescantes hojas de hierbabuena. Así que, sin más dilación, vamos con el resto de los ingredientes:
- Media Sandía de calidad –unos 750 gramos aproximadamente-.
- Un Tomate bien maduro.
- Medio Pepino pequeño –o algo más, al gusto-.
- Una ramita de Apio blanco.
- Media Cebolleta fresca –mediana-.
- Un trozo de Pan seco –unos 50 gramos-.
- Un par de cucharadas de Aceite de Oliva Virgen Extra.
- Una cucharadita de Vinagre de Manzana.
- Un diente de Ajo negro.
- Una docena de hojas de Hierbabuena fresca –para aromatizar y decorar-.
- Agua fría –para ajustar la textura al gusto-.
- Sal y Pimienta –también al gusto-.

El proceso, como podéis imaginar, es extraordinariamente sencillo. Comenzaremos por pelar, retirar las pepitas y trocear la sandía y, a continuación, lavamos, pelamos y troceamos el resto de verduras. Mientras tanto ponemos a remojo el pan seco y dejamos que absorba el agua. Pasamos los trozos de sandía a un bol o jarra mezcladora junto con el pan –que habremos aplastado un poco para que no contenga demasiada agua– y trituramos hasta obtener una mezcla homogénea.

A continuación incorporamos –limpios y troceados– el resto de ingredientes junto con el ajo negro troceado, unas hojas de hierbabuena limpias, el aceite y vinagre. Volvemos a batir hasta obtener una mezcla uniforme. Comprobamos y rectificamos el punto de sal –y de pimienta– a nuestro gusto y terminamos añadiendo poco a poco agua bien fría hasta obtener la textura deseada –como la sandía aporta bastante agua con un vaso de agua suele ser suficiente, salvo que os guste muy líquido-. Por último lo dejamos enfriar y reposar en el frigo hasta la hora de degustarlo.

El gazpacho está listo para tomar. Antes de servirlo lo removemos bien –la sandía tiende a desligarse– y lo emplatamos acompañado de unas hojas de hierbabuena o, como en este caso, con un crujiente de pan y panceta ahumada –asada a 100ºC en el horno, entre dos papeles sulfurizados, durante una hora aproximadamente y que dejaremos secar sobre papel absorbente-. Y esto es todo, espero que ustedes lo disfruten y, como siempre… bon appétit!
Pues otro gazpacho riquísimo que tiene que estar con ese extra de frescor y aroma que le aporta la hierbabuena. Delicioso
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Muchísimas gracias! La verdad es que la hierbabuena añade un frescor extra -como bien dices- mientras que el ajo negro le aporta un poco de profundidad al sabor. Pienso que compaginan muy bien!
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Qué fresquita, no? Gracias :))
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La verdad es que resulta de lo más apetecible y refrescante, aunque por estas tierras no andamos sobrados ni de sol ni de calor 😉 Muchísimas gracias a ti!
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