Cocineros y cocinas, bailes y tambores, niños y disfraces, nuestro Kursaal vestido de fiesta y nuestro querido Pedro Subijana entronizado este año -por fin- como Tambor de Oro de la ciudad. Un año y una fiesta estupenda en la que incluso la lluvia nos ha dado un respiro
Y así, como dice la Marcha de San Sebastián, hay un Sebastián el cielo y un único San Sebastián en la tierra. Evidentemente, ninguna de las dos afirmaciones es estrictamente cierta pero, ¿a quién le apetece discutir en un día de fiesta?. Es esta una fiesta tan marcada en nuestros corazones como en nuestros calendarios. Una fiesta de, por y para los donostiarras, hayan nacido dónde hayan nacido. Una fiesta que celebra la alegría, la amistad, la buena mesa, la música y el sonido de los tambores y barriles. Una fiesta, en fin, hondamente popular en una ciudad cosmopolita, aunque algunos se empeñan en reconvertirla en una aldea.
Esto es San Sebastián y su fiesta. Una ciudad que, como su bahía, puede presumir de estar siempre con los brazos y el corazón abiertos. Ya falta menos para el el próximo día de san Sebastián!
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Me encantan tus recetas y tu blog.
Estaré encantada de tenerte por el blog. http://motivadaconlacocina.blogspot.com.es/
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Muchísimas gracias! Enseguida te devuelvo la visita 😉 Saludos
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Gora donostia!
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Sebastian bat bada zeruan
Donosti(a) bat bakarra munduan
hura da santua ta hau da herria
horra zer den gure Donostia!
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