
Hagan Juego.
Esta receta es mi aportación a la edición de Julio 2015 del Juego de Blogueros 2.0 –este mes dedicado al Calabacín– que tan simpática y eficientemente dirige Mònica desde su Blog Dulcedelimón y que, personalmente, os invito a conocer y disfrutar.

Podéis deleitaros con el resto de recetas de esta edición dedicada al calabacín en los blogs que escriben nuestras amigas y amigos:
- Rosemary de Alacartemenus
- Fran de ¡Cocinar y a comer!
- Carmen de Croqueteandoo y mas
- Mònica de Dulcedelimón
- Rebeca de Enganchados a la cocina
- Inma de Entre 3 fogones
- Ana de Entre obleas y a lo loco
- Bela de Fácil con Bela
- Josu de Gordonauta
- Silvia de Kuinetes
- Leila de La Nueva Cocina de Leila
- Ligia de Los Dulces de Ligia
- Ester de Los Mundos de Piru
- Noelia de Noestevez’blog
- Maribel de Picoteando ideas
- Xavi de Que me gusta un comer
- Sara de Recetas and Co.
- Neus de Rorosacabolas
- Susanna de Trumpi
- Silvia de Unapizcadena
Comencemos por el final.
Una vez dada buena cuenta de la receta, divagábamos tranquilamente –fantástica copa de Ossian en mano– sobre cuál debería ser su nombre definitivo. Creo recordar que la primera propuesta «seria» –el resto ni las menciono– fue llamarlo «tartar», por aquello del corte y mezcla de los ingredientes. Rápidamente entraron en juego términos como «pastel», «tartaleta», «ensalada» hasta que alguien propuso lo más evidente; «no os parece que esto, en realidad, es una especie de pisto, un poco raro y frío, pero un pisto al fin y al cabo?» –pausa valorativa-. De hecho, originariamente, antes de la llegada de tomates y pimientos de las Américas, el pisto se elaboraba con carnes de ave cocidas y desmigadas… «Lo que es esto, es un pisto de cosas ricas» sentenció finalmente mi paciente señora con su característica templanza. Copas arriba y brindis por el nombre perfecto; ha nacido el Pisto de cosas ricas.

Obviamente no se trata de un pisto convencional; lleva calabacín y zanahoria, pero también zizahoris -rebozuelos o cantharellus-, chipirón, panceta y salsa de yogur. No sé si el nombre es –finalmente– el más adecuado, pero creo que describe bastante bien el tipo de plato que es.
Y ahora, rebobinemos.
Hablábamos en el grupo de Facebook –donde se organizan, votan y comentan los retos mensuales– que, tal vez, lo más curioso del calabacín es que estamos tan acostumbrados a verlos y prepararlos de una serie de formas habituales y comunes que, alejarnos de ellas, es bastante más complicado de lo que en un principio puede parecer. Además, y no nos engañemos, los calabacines son deliciosos, pero terriblemente sosos. Por lo tanto, uno de los retos de esta receta –tal vez el mayor-ha sido buscar ingredientes que combinen sin estridencia –con suavidad– y sin ocultar su suavidad herbácea.

La primera elección fue clara; unas zanahorias que aportaran un punto de dulzor y color. También un poco de la profundidad húmeda de las setas de temporada –zizahoris– y un leve pero intenso aroma –graso y crujiente– de unos daditos de panceta. Pinta bien, pero sigue faltando algo de sabor y consistencia en este punto de partida.
La siguiente idea llegó dándole vueltas a otra receta de temporada; si podemos rellenar los chipirones –que ahora están en su mejor momento– con todos estos productos, también podríamos incluir el chipirón troceado en el pisto para que aporten su textura tersa y su aroma ligeramente ahumado y salino. Dicho y hecho. Ya solo nos falta un ligero toque de locura.
El tiempo de las Gominolas.
Hace un tiempo que quería realizar esta prueba; servir un caldo en frío –algunos quizá recordéis mi Caldo templado de Espárragos– y que, además, tuviera una textura prácticamente sólida. La idea me viene de observar cómo los buenos caldos de ave o cocido adquieren –en frío– una textura gelatinosa y brillante simplemente espectacular. Por otra parte, hace unos meses nos sorprendieron en Mugaritz –ya sabéis, súperfan confeso– con un inteligente divertimento previo a los platos de carne; una originalísima –sorprendente, sabrosa, divertida– gominola de vaca.
Y ¿por qué no?. Podemos combinar el origen «de corral» del pisto, en forma de gelatina o gominola, con otras delicias de temporada –verduras, pescados, setas-. Eso es!.

Además, vamos a preparar el consomé base de un modo muy rápido y sencillo, partiendo de uno envasado de calidad, y aromatizándolo con carnes, verduras y un poco de vino de Jerez. Al mismo tiempo, dejararemos que la gominola adopte la forma natural del líquido en un plato y, así, la sorpresa se mantendrá hasta el momento de intentar probarlo con una cuchara. Divertido. Manos a la obra.
Los ingredientes:
Para la Gominola de Consomé:
- Un litro de Caldo de Pollo –un tetra-brick envasado de calidad-.
- Dos Zanahorias medianas.
- Una Cebolla fresca mediana.
- Una rama de Apio –opcional-.
- Unas ramas de Perejil fresco.
- Una Pechuga de Pollo –de corral-.
- Una cuchara de Taquitos de Jamón.
- Una cucharadita de Mezcla de Pimentas.
- Un vaso de Vino de Jerez –unos 100 mililitros-.
- Una cuchara de Aceite de Oliva Virgen Extra.
- Dos gramos de Agar-agar.
Para el Pisto frío:
- Dos Calabacines mediano –o tres pequeños-.
- Un Chipirón fresco –unos 150 ó 200 gramos-.
- Tres Zanahorias medianas.
- Media loncha gruesa de Panceta Ibérica.
- Unos 100 gramos de Zizahoris –Rebozuelos o Cantharellus-.
- Aceite de Oliva Virgen Extra.
- Sal y Pimienta al gusto.
Para la Salsa de Yogur:
- Un Yogur Griego.
- Una cucharadita de Mostaza de Dijon.
- Media docena de cucharadas de Aceite de Oliva Virgen Extra.
- Unas gotitas de zumo Lima verde recién exprimido –al gusto-.
- Sal y Pimienta al gusto.
Opcionalmente para emplatar:
- Unos Brotes de Rábanos frescos.
- Flores comestibles de temporada.
- Aceite de Sésamo.
La receta.
Comenzaremos por preparar el consomé y su gominola. Para ello calentamos en una cazuela amplia el caldo envasado junto con la pechuga picada finamente, los taquitos de jamón, las verduras limpias y troceadas –zanahoria, cebolla, apio y perejil-, la mezcla de pimientas, la cucharada de aceite y el vasito de Jerez.

Una vez comience a hervir, bajamos el fuego, espumamos para retirar la impurezas y dejamos cocer una media hora.
Transcurrido este tiempo colamos y filtramos cuidadosamente –con una estameña– y volvemos a hervir hasta que se reduzca a una quinta parte –deben quedar unos 200 mililitros aproximadamente-. Volvemos a filtrar e incorporamos el agar-agar –gelatina vegetal obtenida de algas marinas– a razón de 1 gramo por cada 100 mililitros –la proporción es la adecuada para obtener una textura similar a la de una gominola; ni muy blanda ni muy dura-. Volvemos a hervir durante unos segundos a fin de que el gelificante se disuelva perfectamente y vertemos rápidamente el contenido en el fondo de cuatro platos hondos. De este modo, una vez enfriado, mantendrá la forma del consomé servido en un plato.
Finalmente dejamos enfriar a temperatura ambiente y reservamos.

Preparamos la salsa de yogur simplemente juntando sus ingredientes en un bol amplio y batiendo hasta obtener una mezcla homogénea. Comprobamos el punto de sal –ha de resultar cremosa y levemente ácida– y reservamos al frío hasta el momento de emplatar.
A partir de este punto vamos a saltear el resto de ingredientes que formarán el pisto. Por ello es muy importante que los tamaños de todos los ingredientes sean uniformes y las cocciones rápidas y fuertes.
Comenzaremos por lavar, pelar y cortar las zanahorias en bastones. Las introducimos en agua hirviendo ligeramente salada y las dejamos cocer unos cinco minutos. Una vez transcurrido el tiempo, las enfriamos en agua con hielo y, finalmente, cortamos los bastones en cubitos de tamaño algo mayor que para una macedonia –unos 7 x 7 x 7 milímetros-. Reservamos.

Cortamos las setas en trozos algo mayores –unas cuatro o seis partes por unidad dependiendo del tamaño– y las salteamos a fuego vivo durante unos tres minutos con un poco de aceite de oliva. Reservamos.
Cortamos los calabacines también en macedonia amplia, salamos suavemente y salteamos de nuevo a fuego vivo durante unos tres minutos con un poco de aceite de oliva. Reservamos.

Troceamos el cuerpo del chipirón –ya limpio– en partes de tamaño similar y reservamos las patas enteras para decorar. Salpimentamos suavemente y salteamos, una vez más, a fuego vivo durante unos tres minutos con un poco de aceite de oliva. Doramos las patas hasta que queden crujientes y reservamos para decorar.
Por último, troceamos la panceta en cubitos todo lo pequeños que podamos y los salteamos en seco y a fuego medio hasta que resulten crujientes.

Para acabar con el pisto, tomamos un bol amplio y mezclamos con cuidado todos los ingredientes junto con un pellizco de brotes de rábano –opcionalmente– y un par de cucharadas de la salsa de yogur –lo justo para que, además de aportar su acidez y cremosidad, actúe como cohesionador o pegamento de las diferentes partes-. Reservamos en frío mientras preparamos el emplatado.
Emplatado y acabamos.
Tomamos una de las gominas de consomé y la centramos en el plato. Con la ayuda de un aro de emplatar –he utilizado los de 8 centímetros– hacemos un orificio en el centro y retiramos la parte interna. Volvemos a colocar el aro en la misma posición y rellenamos hasta media altura. Apretamos suavemente el pisto para que se acomode y retiramos el aro con mucho cuidado.

Colocamos la rueda de consomé que hemos extraído con el aro en un lateral –podemos quitarla para acentuar la sorpresa-. Coronamos el pisto con unas patas de chipirón crujientes y, finalmente, decoramos con los brotes de rábano, las flores comestibles y unas gotitas de aceite sésamo. El plato está listo para ser presentado.
Y esta es la receta y la historia de un plato que comenzó siendo una crema, pasó por etapas intermedias de charlota y aspic y ha terminado –por ahora– siendo un pisto frío. Una receta que combina nuestro calabacín con vegetales, setas, chipirones, una crema y, por supuesto, una divertida gominola de consomé que aporta, aún en frío, su característica templanza. Una suave y equilibrada sinfonía de sabores contenidos y, al mismo tiempo, muy personales y que espero ustedes disfruten al menos tanto como quien esto escribe.
Termino insistiendo, una vez más, en lo apasionante, motivador y divertido que es este reto mensual en el que nos hemos propuesto participar y compartir con todos ustedes. Esto es el Juego de Blogueros 2.0. Espero que ustedes también lo disfruten. Por mi parte solo me resta desearles todo lo mejor y, como siempre… Bon appétit!
Madre mía que platazo, yo quiero probarlo YA!!! ummmm
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Muchas gracias Rebeca! La verdad es que gustó mucho y ese el el mejor premio 😉 Te aviso la próxima vez que lo prepare!
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Sin comentarios. Qué de ingredientes para un plato. Un plato increíble desde luego. La presentación inmejorable y el sabor ojalá lo conociera, pero no dudo de que sea una delicia. Un plato con ese color entra por los ojos. Me encanta Antxon! Enhorabuena por el plato, por lo bien que lo explicas todo y las sensaciones que nos transmites 🙂 un abrazo
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Muchas gracias Fran! El plato resultó todo un éxito y la presentación estaba al mismo nivel –o eso creo-, por lo que la cenita fue un éxito. Si a esto le sumamos vuestros elogios, poco más puedo pedir 😉 Muchas gracias de nuevo por tu comentario y un abrazo!
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Antxon siempreme dejas a cuadros y con eso de los zizahoris, no sabía ni qué eran. Me encanta porqué siempre me enseñas cosas…Un saludo!
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Muchísimas gracias Sara, me alegra que te haya gustado 😉 Zizahoris –o xixahoris– es la modo en que llamamos a los rebozuelos en el País Vasco y que, en realidad, quiere decir «setas amarillas» por motivos obvios. Dudé entre usar el nombre común en castellano o el nuestro, pero finalmente me pareció que el nuestro, además de resultar fonéticamente más divertido, aportaba un toque de exotismo –y de divulgación-. Son unas setas que me encantan y que aportan un delicioso aroma a cualquier plato. Muchas gracias de nuevo!
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¡Señor!!! ¡Maravilloso! Apunta, el 31 de diciembre es mi cumple, 44 años = 44 gominolas 😉 Un besazo y, ¡que disfrutes del verano!
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Jajaja! Muchas gracias Rosemary 😉 No sé si me acordaré porque es un fecha un poco difícil de recordar, pero me la apunto por si acaso. Otro beso para ti y sigue disfrutando del verano, el mío –las vacaciones– no empezarán hasta septiembre, pero va a merecer la pena la espera!
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Tu deberías montar un restaurante de esos que marcan tendencia porque sólo con leer el título me quedo maravillada. Y no hablemos de la pinta que tiene esta receta, por dios, tengo muchos antojos acumulados ya! 😛 Besos!
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Muchas gracias Kai 😉 Lo del restaurante mejor lo dejamos pero te agradezco mucho tu comentario. Como ya digo en las entradas del Juego de Blogueros, es el propio juego el que me motiva y me pone las pilas para buscar y preparar disfrutar. Es un reto que, al menos para mmi, es cada vez más divertido y exigente.
Cuídate mucho, cuidado con los antojos 😉 y besitos!
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¡Maravillada me has dejado con el Pisto de cosas ricas! Mientras iba leyendo el post y, lo confieso, salivando más de la cuenta, me ha venido a la mente el programa de Canal Cocina: Cocina cosmopolita de Rachel Khoo. En él, Rachel viaja por Europa y se inspira en sus platos. Cuando regresa a Londres, adapta las recetas aprendidas y termina compartiendo la experiencia y, por supuesto, la comida con su 4 amigos de siempre. Y yo pienso ¡que suerte la de los amigos catadores! 😉 😉 Un beso!
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Muchas gracias Neus! Lo mío es más un viaje interior y, como mucho, hasta la biblioteca para consultar alguna duda –benditos libros– 😉 De todas formas quién pudiera viajar y cocinar como la afortunada Khoo! Y, si además te pagan por ello, solo puedo decir que hay quien de verdad tiene fortuna. Yo de momento me doy más que por satisfecho con que me comparen y me sazonen, aunque sea levemente, con el adjetivo cosmopolita. Algo es algo –o algo, a veces, es mucho-.
Muchísimas gracias de nuevo, si finalmente consigo envenenar a algún comensal-catador –y alguno ya se lo merece– te aviso 😉 besitos
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Bueno, si algún comensal-catador tuyo se «indispone» será por picotear por su casa antes de venir a la tuya 😉 pero, si, si, si pasase y hay alguna baja tu sabes que puedes contar conmigo 😉 😉
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Apuntada quedas (ah! y no te olvides de la sobrasada) 😉
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Ohhh Antxon!!! Pero que maravilla de plato has preparado!!! Ya sabes que me encantan todas tus recetas, el tiempo que les dedicas, tus fotos, TODO! Desde que te sigo no paras de sorprenderme, eres un verdadero artista, me encanta aprender de tu cocina… ENHORABUENA por esta magnifica creación! Besos!!!
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Muchísimas gracias Ligia! Me alegra que te guste ya que, como sabes, esto de la admiración es mutua. Espero no dejar de sorprenderte al menos hasta que tu también dejes de hacerlo. Y sé que eso es difícil 😉
De verdad, muchas gracias por tu comentario; es cierto que hay mucho trabajo tras la receta –pruebas, fotos, investigación, escritura…-, pero comentarios como el tuyo hacen que todo esto siga mereciendo la pena.
Lo dicho, muchas gracias de nuevo y besitos!
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Tus recetas me sorprenden siempre… muy cuidadas… con una elaboración y presentación muy trabajada… felicitaciones!!
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Muchas gracias Ana! La verdad es que este reto es un desafío cada día más divertido y más apasionante. Ya mismo empiezo a pensar en el siguiente 😉
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Pisto de cosas ricas coronado por unas patitas!! 🙂
Con ésta ya me he quedado sin palabras. Tus recetas normalmente me dejan con la barbilla colgando y ésta no se ha quedado atrás. Pero dime, cómo lo haces para convertir hasta el ingrediente más mundano (perdón calabacin, pero así es) en un platazo?
Enhorabuena maestro!
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Jejeje! Creo que quienes lo convertís en un plato especial sois vosotros 😉
Sí que es cierto que el calabacín es muy soso pero también muy rico y socorrido. Y de verdad que he tenido que preparar unos cuantas recetas antes de llegar a esta ya que no lograba encontrarle el punto de combinación –empezó siendo una crema, no te cuento más!-. El resto te lo puedes imaginar; paciencia, insistencia y la frutera frotándose las manos cada vez que me veía aparece con cara entre despistado, preocupado y mosqueado ;-).
Muchas gracias de nuevo y besitos!
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Jajajaja me he imaginado esa frutera frotándose las manos, con los calabacines preparados, cuando te veía aparecer por la puerta. Es un platazo, de eso no hay duda. Y más todavía si me cuentas todo el largo proceso hasta dar con la combinación buena.
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Sí, he conseguido consolidar mi amistad con la frutera a golpe de calabacines (y euros) 🙂 +besitos!
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Me quito el sombrero, un señor plato, lo tiene todo.
Creo que vas a tener que repetirlo e invitarnos a todos 😋😋
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Muchas gracias! Nada, lo repetiremos y ya haremos un sitio a ver si cabéis todos, aunque sea por turnos 😉 Gracias de nuevo!
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Jo que divertido, me encantaría probarlo, cada bocado sorprendiendo en sabores, que dificil es hacer esto y no quedar en un pupurri .. a mi me cuesta muchísimo mezclar sabores y texturas y que todo sepa,, felicidades becario como sigas así te van a pagar y todo (como becario ehh ),, besitosss xD
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Pues nada, date por invitada 😉 El secreto, en este caso, es que no hay ningún sabor ni textura demasiado estridente ni contrastado, así todo queda muy homogéneo a pesar de que hay ingredientes blandos y duros –calabacín/panceta– y otros más suaves o sabrosos. Además la salsa de yogur contribuye a igual un poco los sabores (además de «pegar» los ingredientes).
Bueno y si además de tener que trabajar de becario voy a tener sueldo –de becario– voy haciendo las maletas (para Alemania) 🙂 besitos!
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jajajajaja , besitos
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Pues con tu permiso me quedo con el nombre sugerido: «pisto de cosas ricas», porque no hay nada en este plato que sobre.
La técnica y la combinación de sabores que hay en él hacen que salga, como siempre que leo alguna de tus recetas, de tu blog pensando que acabo de ver la obra de un súper cocinero.
Enhorabuena. Me ha encantado.
Besitos
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Muchas gracias Mònica. Es que, a veces, es mejor dejarse llevar por las sensaciones más que por las descripciones 😉 De hecho, esta es más una receta de sensaciones e intuición que de estudio, más de buscar y mezclar sabores del mismo nivel que de buscar contrastes puros –cosa que, por otra parte, me encanta-. El resultado es muy apetecible, armonioso, refrescante –en esto hemos caído todas y todos– y con un divertido toque de humor.
Muchas gracias, una vez más, por tus elogios, guarda alguno para cuando aprenda a cocinar de verdad 😉 besitos!
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Antxon no podías haber elegido mejor el nombre de la receta, le va al pelo y tu haz caso de tu sabía señora 😉 Me gusto la combinación de sabor del consomé con el pollo y el toque de Jerez, el chipirón y la salsa de yogurt, bueno me gusto todo, Ummmmm! Besitos de Fácil con Bela
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Muchas gracias Bela! Jajaja! Dios me libre de no hacerle caso! 😉
La receta en sí es una combinación un tanto extraña a primera vista ya que hay casi de todo -vegetales, pescado, ave, setas, lácteos…- pero funciona muy bien y produce un contraste de sabores bajo un textura casi uniforme que es francamente interesante. O al menos así nos lo pareció.
Muchas gracias de nuevo por tu comentario y besitos!
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Antxon una vez más, un plato sublime. Es maravilloso como has combinado lo tradicional y lo moderno en un mismo plato, la forma en que has integrado la huerta, la tierra, el mar y el corral para traernos un plato completo, consistente y fresco. ¿Algún día me contarás tu secreto para cocinar así? Felicidades!! Un beso
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Jajaja! Muchas gracias Noelia! El secreto es probar, probar y volver a probar. Este plato comenzó siendo una crema y, ésta versión que he publicado, es en realidad la cuarta variante sobre una idea –inicialmente un tanto confusa– de mezclar orígenes, texturas, aromas, técnicas y un toque de humor. El resultado ha sido satisfactorio –muy satisfactorio, sin querer parecer inmodesto– y aprobado por quienes compartieron la mesa el día de la cata final 😉 Así, que receta lista y vamos a otra cosa, que luego siempre acabo corriendo.
Muchas gracias de nuevo por tus comentarios. besitos!
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¡Este plato es una maravilla en todos los sentidos !
Desde el nombre hasta la imagen final.
Felicidades Antxon, has creado una gran obra gastronómica :))
Bsitos!
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Muchas gracias Inma! No te creas, me daba un tanto de apuro llamarlo Pisto con tanta buena cocinera manchega como hay por aquí 😉 El plato resultó francamente bueno, con un pequeño toque de humor y elegante de presentación. Si además me dais vuestro aprobado poco más puedo esperar de él; al archivo de recetas –volveré a prepararlo, seguro!– y a otra cosa, que siempre acabo corriendo.
Gracias de nuevo por tus inmerecidos elogios y besitos!
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¿Aprobado ? Pero si te vamos a dar beca, Jijijiji.
Un beso !
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Jijijiji! A mis años y de becario! Quién me lo iba a decir 🙂 +besitos!
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