
Esta es mi aportación a la Edición de Mayo de 2017 del Juego de Blogueros 2.0 que dirige y organiza nuestra amiga Mònica desde su Blog Dulcedelimón. Podéis deleitaros con el resto de recetas de esta edición, dedicada a los Guisantes, en los blogs que escriben nuestras amigas y amigos:
- María José de Aquí se cuece jugando
- Elvira de Así se come en Granada
- Ana María de Azucarito de Ana
- Mònica de Dulcedelimón
- Chus de El crepitar de los fogones
- José Fernando de El emparrao
- Mari Sol de El menú de mi cocina
- Inma de Entre 3 fogones
- Ana N. de Entre obleas y a lo loco
- Raxel de Home & Run
- Sandra de Justfoodlovers
- Cristina de De Kooking
- Ligia de Los dulces de Ligia
- Jorge de Mastercocinillas
- Noelia de Noestevez’blog
- Maribel de Picoteando ideas
- Neus de Rorosacabolas
- Natalia de Sabores de Naty
- Maryjose de Tapitas y postres
- Gisela de Tu hora de la merienda
- Arantxa de Una bruja en la cocina
- Silvia A. de Unapizcadena
El conejo blanco {tarde, siempre tarde}.
Que es lo que ocurre cuando la idea para la receta del mes aparece rápida y nítidamente en la mente de quien esto escribe. Ello provoca un estado de tranquila y remolona placidez que se acomoda en el ánimo dejando pasar las horas, los días, las semanas e incluso unas –breves pero intensas– vacaciones.
Ya en el tren de regreso, entre lecturas diversas, velocidades asombrosas, paisajes cambiantes, viajeros ruidosos y no excesivamente cuidadosos con su higiene personal y las consabidas depresiones posvacionales comienzo a vislumbrar un extraño punto verde y redondo en el fondo de un cerebro tan relajado como abotargado por lo visto, disfrutado y padecido –calor, mucho calor-.

¿Resaca? ¿Alucinaciones derivadas de los aromas circundantes? ¿Tumor? No. Los puñeteros guisantes olvidados desde hace no tantos días como me hubiera gustado. Y el consabido mensaje de nuestra querida lideresa; esto se cierra, así que apuntaros ya. ¡Por Dios! Sábado por la tarde, en el tren y ni siquiera tengo los guisantes… ya puedo empezar a pensar en un Plan B –la opción no participar, para una ocasión que no «jugamos» con frutas, es inaceptable-. Tarde, siempre tarde.
E la nube va {el toque Fellini}.
Domingo por la mañana; en una tienda del barrio abierta encuentro guisantes frescos del País –no-me-lo-puedo-de-creer-. Regreso rápidamente a mi cocina, abro el frigorífico y tras la consabida protesta por parte de las arañas que desde hace unos días lo habitan –apaga la luz, a ver esa puerta que entra el calor, etc.– descubro un paquete con cuatro lonchas de salmón, unas alcaparras en sal y unos huevos –Ufff!, al menos nada está caducado-. No es mucho –nada más bien– pero es lo que hay. Y esto tiene que estar solucionado hoy mismo. Así que manos a la obra.

«Ocupa las manos con algo sencillo que te permita tener la cabeza en algo más provechoso». Recuerdo a mi tía-abuela Carmen –sit tibi terra levis– rezando mil veces –mil días– el rosario mientras entre sus manos se desgranaban guisantes, habas, alubias o cualquier otro –maravilloso– producto de las huertas y campos de su Goierri natal. A mis años no me voy a poner a rezar pero, tal vez, la tarea de desgranar me permita concentrarme en pensar qué puedo hacer con los guisantes y las cuatro cosas que quedaron en el frigorífico.
Ideas: un revuelto fino como la seda, un guiso mar y tierra con un huevo mollet –no, que a Inma le va a dar otro ataque de risa-, una ensaladilla sencilla –con lo poco que hay en la nevera y despensa va a resultar demasiado sencilla-, unos huevos con guisantes y jamón, plato delicioso, tradicional y sencillo donde los haya… ¿Y si le damos una vuelta más a esta última idea?.

Como muchos de vosotros –supongo– llevo un tiempo viendo en las redes una curiosa manera de preparar unos huevos al horno pero con aspecto de fritos; los huevos nube. El nombre les viene de lo esponjosa que resulta la clara montada a punto de nieve, como si de un merengue salado se tratara. No está mal como punto de partida y, como creo que no voy a tener una mejor ocasión de ponerlos en práctica, empezaremos por ahí.
Para que la presencia de los guisantes no sea tan testimonial incorporaremos a las claras un puré de guisantes y, así, presentarán un bonito tono verdoso –de esto hablaremos más adelante– . También sustituiremos el jamón por salmón, más cremoso y salino y, por último, en lugar de presentarlo a modo de guiso, lo haremos en forma de una tosta; con un aire más informal y festivo.
De acuerdo, la receta en sí no es para echar cohetes, pero habida cuenta la escasez de ingredientes y la premura del tiempo, creo que, al menos, os traigo algo rápido, sencillo y divertido. Una vez más, la nave va. Así que todos a bordo y vamos con los ingredientes.
Los ingredientes:
- Unos cien gramos de Guisantes frescos desgranados.
- Cuatro lonchas de Salmón Ahumado.
- Cuatro rebanadas pequeñas de Pan –de calidad y al gusto-.
- Dos cucharadas de Alcaparras en sal.
- Una cucharadita de Mostaza de Dijon –opcional y al gusto-.
- Unas gotas de Aceite de Oliva Virgen Extra.
- Una pizca de Pimiento de Espelette molido –al gusto-.
- Sal y Pimienta –al gusto y con moderación-.
Verde que te quiero verde.
Comenzaremos, como ya habéis leído, por desgranar y lavar los guisantes para, a continuación, cocerlos al vapor durante unos 8 ó 10 minutos –dependiendo de la calidad y variedad, han de resultar ligeramente «al dente»-.

Una vez al punto los sumergimos en agua fría con hielo para cortar la cocción y fijar la clorofila –y su bonito tono verde primaveral-. Extraemos a un papel absorbente un par de cucharadas de guisantes para que se escurran y reservamos el resto en el agua hasta el momento de su utilización.
Una vez secas las dos cucharadas reservadas las pasamos al vaso de la batidora, incorporamos una pizca de sal y pimienta junto con un par de gotas de aceite de oliva –justo lo suficiente como para que nos permita obtener una pasta-. Batimos hasta obtener una pasta lo más homogénea posible, filmamos y reservamos al frío.
Al mismo tiempo lavamos cuidadosamente las alcaparras para liberarlas del exceso de sal y las reservamos, también, sobre papel absorbente hasta el momento del emplatado.
Cuestiones de huevos {con perdón}.
Tomamos los huevos y separamos las claras –todas al mismo bol– de las yemas que depositaremos con mucho cuidado de no romperlas en recipientes –tazas– individuales, ya que las emplearemos más adelante. Comenzamos a batir las claras despacio y de abajo a arriba incorporando una pizca de sal hasta alcanzar el punto de nieve. Llegados a este punto añadimos los guisantes en pasta con mucho cuidado y removiendo con la ayuda de una espátula hasta que se integren perfectamente en las claras –ya merengue-.

Como ya he comentado en la introducción mi intención era que este merengue salado tuviera un bonito tono verdoso, pero tras un par de pruebas –desastrosas, todo hay que decirlo– he optado por incorporar tan solo una pequeña cantidad de guisantes que, si bien no alcanzan a colorear completamente la masa, sí que le aportan una cierta textura y color. Incorporar más cantidad pone en peligro la estabilidad del merengue y, por lo tanto, el resultado de la receta. La solución podría pasar por secar completamente la pasta en el horno para que la humedad no afecte a las claras montadas –seguiremos investigando-.

Sigamos: precalentamos el horno a 230ºC y vamos depositando el merengue en cuatro porciones sobre recortes de papel sulfurizado. Con la ayuda de unos aros de emplatar le damos forma circular y terminamos vaciando, con una cuchara, un pequeño hueco en la zona central de cada una de las porciones –donde más adelante depositaremos las yema-. Retiramos los aros –el merengue habrá de mantenerse perfectamente estable– y una vez que el horno esté a la temperatura adecuada los introducimos –cada uno con su papel– durante tres minutos.

Una vez transcurrido el tiempo, sacamos los merengues y depositamos en el hueco previsto en cada uno de ellos una yema con mucho cuidado para no romperla. Salpimentamos ligeramente y volvemos a hornear otros tres minutos más. Los huevos nube ya están listos.
Lo bueno si breve…
Tostamos las rebanadas de pan –solo por una cara para que resulten más suaves– y pintamos la cara crujiente con un poco de mostaza fuerte de Dijon –opcional-. Sobre ella colocamos una loncha de salmón y, a continuación, depositamos uno de los huevos nube. Añadimos un puñadito de guisantes cocidos y escurridos y unas alcaparras –al gusto, personalmente me encantan-. Terminamos con un toque de Pimiento de Espelette molido.

La receta, sencilla a más no poder está lista para ser degustada a modo de plato único e informal. La combinación de la cremosidad de la yema de huevo hecha al punto con la propia del salmón, el crujido intenso y profundo del pan y la volatilidad etérea del merengue aromatizado de guisantes son sus cartas de presentación. Estos últimos aportan, además, su carácter a medio camino entre el dulzor y lo herbáceo, con una textura levemente crujiente. Completa el conjunto la salinidad levemente ácida de las alcaparras, la densidad melosa y marina del salmón y el toque levemente picante del Piment d’Espelette.
Muchas sensaciones contenidas en una sencilla receta que puede funcionar como cena rápida y diferente -o incluso, y para los más osados, como desayuno completo– y que esperamos disfruten más pronto que tarde. Y, como siempre, cuídense y… Bon appétit!
Etiquetado:Alcaparras, Asados, Guisantes, huevo nube, Huevos, Salmón
Pero buenoooooo, esto es increíble. ¿Cómo puede ser que consigas algo tan impresionante con las 4 cosas que tienes en la nevera después de unas vacaciones? En la mía habría como mucho una araña «inmortal» después de haber acabado con el resto en una lucha encarnizada por la única hoja de lechuga pocha. Jajajajaja.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Jajaja! No me resisto a contar una definición de Luis Piedrahita… saben ustedes como se llama la lechuga estropeada tras quedar abandonada en el fondo de la nevera durante semanas y semanas? Lechunga! 😂 Eso mismo es lo que -casi- me ha pasado; te vas de vacaciones, vacías la nevera y quedan cuatro cosas con las que apañar una receta. Menos mal que tuve una idea más o rápida para juntar todo y que pareciera algo 😉 Y las arañas, bueno, aburridas, como siempre!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Que pinta tiene ese huevo nube, una delicia sin duda, con una textura delicada. Me encanta! Besos!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias MaryJose! Es una recetita muy sencilla pero al mismo tiempo muy-muy rica y fácil de preparar! +besitos!
Me gustaMe gusta
Antxon ¡que barbarida! me has dejado en estado de shock con tu receta, me parece alucinante. Bueno, prometo intentar hacer los huevo nube a ver que me sale 🙂 Así como lo cuentas tu, parece sencillo, pero quiero ver yo ese merengue con la pasta de guisantes en mis manos cómo terminan 🙂 Como siempre una delicia y un lujo leerte, Besos!
Me gustaMe gusta
Jajaja! Muchas gracias Neus 😉 Yo creo que lo de los huevos nube bien preparados y con antelación son un punto para una cenita de verano… y si ya es una isla maravillosa del mediterráneo, qué te voy a contar! Y de complicación, cero! besitos!
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Vaya! Usted es un artista. ‘Manos a la obra.’ ¡Así se hace! Con tantas buenas ideas en este post no me puedo imaginar su obra maestra.
!Saludos y buen fin de semana!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias! Es una receta tan improvisada como satisfactoria 😉 I really appreciate your comment! Thanks a lot!
Me gustaLe gusta a 1 persona
End uno de mid artículos trato con pan de ajo horneado. Quizà ud le puede dar un vistazo. Puede que ud ya haya usado la misma receta.
¡Que tenga buen día!
Me gustaMe gusta
Y tanto que muchas sensaciones. No me canso de leer tus entradas. Gracias. El plato sencillo y genial y con muchas posibilidades para combinar. Me apunto tu aportación. Enhorabuena Antxon.
Bss
Cristina
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias Cristina! La receta es muy sencilla y fruto de las prisas y las cuatro cosas que dejé en la nevera antes de partir unos días. Tal vez por ello me gusta -y asombra- cada vez más. No hay nada como trabajar bajo presión 😉 Gracias de nuevo y besitos!
Me gustaMe gusta
Muy rico, queda un plato sencillo y delicioso, ahora a por el próximo reto
besss
Me gustaLe gusta a 1 persona
Jejeje! Muchas gracias Maribel! En ello estamos! besitos!
Me gustaMe gusta
Me gustan las historias acompañando a los platos. Enhorabuena
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias José. Siempre digo que una buena historia –como un buen pan– es el complemento ideal para cualquier receta 😉 Muchas gracias de nuevo!
Me gustaMe gusta
Hola Antxon, muchas veces nos suceden esas cosas, a veces las recetas las podemos tener en la mente y al pasar de los días el tiempo se va… creo que lo solucionaste de manera sencilla, elegante y deliciosa. Nunca he intentado hacer este tipo de huevos, así que apunto todo, esta tosta con esa textura suave y aireada de los huevos, junto con el salmón, alcaparras y los guisantes creo que es una completa delicia, todo me gusta de este plato ;).
Te mando un abrazo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias Natalia! Es cierto que dejar las cosas para el último momento y la presión agudizan el ingenio y si, además, cuentas con cuatro ingredientes más aún 😉 Bueno, el resultado ha sido muy satisfactorio y volveremos a repetir y experimentar con los huevos nube. Muchas gracias de nuevo y un abrazo!
Me gustaMe gusta
Felicidades por tu receta, tiene que estar super rica!!! Buena idea para picotear. un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias Ana! Es una receta muy sencilla y resultona. Me alegre de que te guste 😉
Me gustaMe gusta
Como siempre Antxon, un viaje maravillosamente inesperado. No conocía los huevos nube ni su elaboración y como no soy muy aficionada a las alcaparras nunca habría pensado que casaran tan bien con los guisantes, supongo que el salmón (manjar de mortales adictos al pescado azul) y la mostaza (Dijon, por supuesto) ayudar a envolver los sabores de los dos granos verdes del plato. Espero que las arañas no sigan a dieta y si así fuere, benditos sean los platos concebidos con prisas y hambruna de ingredientes. Gracias por hacerme disfrutar tantísimo al leerte. Un besazo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchísimas gracias Noelia! Este ha sido un viaje en el que he pasado muy cerca de tu tierra –te dediqué un recuerdo, que conste– y en el que, al final, he tenido que apretar para sacar algo presentable. Lo del huevo nube está muy bien –y sin grasa!-, las alcaparras son un vicio personal –aunque prefiero las italianas conservadas en sal a las nuestra en salmuera– y el salmón creo que es un vicio compartido 😉 Y no hay mucho más en la receta; un poco de cuidado y muchos cariño, como debe ser! Y las arañas ahí siguen… algún día las convenceré para que abandonen la «okupación» de la nevera! Muchas gracias de nuevo y besitos!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Madreee! Que recetón! Llevaba tiempo
De hacer lo de los huevos nube pero y creo que ya ha llegado la hora pero con tu receta al completo! Ya te contaré! Enhorabuena, me ha encantado
Me gustaLe gusta a 1 persona
Jajaja! Yo también llevaba un tiempo buscando una excusa para probarlos y, tras estas breves -demasiado breves, como siempre- vacaciones me he animado, bueno, casi obligado. El resultado ha sido muy interesante, de verdad. Como para repetir a o largo de este verano 😉 Muchas gracias de nuevo Jorge!
Me gustaMe gusta
En otras ocasiones estuve muy tentada de preparar un merengue salado (no con esta forma, eso sí) pero finalmente no llegué a intentarlo por miedo a que se desmoronara el invento en el horno. Viendo lo bien que te quedó creo que me animaré a ponerme manos a los huevos (con perdón también). Me encantó tu receta, seguro que estaba de muerte y es una buena y saludable forma de salir del binomio huevo a la plancha-huevo duro. ¡Gracias por tu aporte!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias Silvia! De verdad que es una manera divertida de preparar los huevos y, además, sin una gota de grasa. Lo del merengue, para mi, que soy tan poco repostero, era todo un desafío. Pero me he conseguido demostrar mi capacidad para montar unas claras y hacer con ellas un plato «salado». Con ello me doy por satisfecho. Y, si además alguna vez me atrevo con tu mole y logro que salga -moderadamente- bien me doy por satisfecho 😉 Muchas gracias de nuevo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Vaya platazo que te has marcado Antxon. Dices que es sencillo y ciertamente lo es, pero a mí me ha parecido la mar de original y rico rico. Felicidades
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias María José! Cuando el tiempo apremia y la nevera está casi vacía le toca trabajar a la imaginación 😉 Así ha sido y, si bien la receta es muy sencilla, también ha resultado sabrosa y divertida. La volveremos a preparar este verano sin ninguna duda! Muchas gracias de nuevo!
Me gustaMe gusta
Como siempre uno de los mayores placeres del Juego de Blogueros es cuando llega el momento de leer tu entrada, como siempre un placer, una nueva lección siempre que te leo aprendo algo nuevo y me encanta!!! Conservo muchas de tus recetas como verdaderos tesoros (justo hoy preparé una de tus ensaladas… que ya es casi mía!) y esta receta se queda conmigo también!!! Un beso grande Antxon!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me quedo sin palabras Ligia. Te agradezco desde lo más profundo de mi corazón tu amable comentario que, como siempre, me anima a seguir con esta divertida tarea de cortar, saltear, escribir y comentar 😉 De verdad que es un lujo poder contar con compañeras como tu. Poco más puedo añadir que no sean más agradecimientos y unos besitos! Gracias Ligia!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Antes que nada… lo de lideresa me ha encantado :’)
Y me he reído mucho con la entrada. Creo que las vacaciones te debieron sentar estupendamente, porque el sentido del humor vino reforzado 🙂
Y las ideas culinarias también salieron reforzadas, está claro. La verdad es que lo que para ti es una receta sencilla, para la mayoría de los mortales es un pequeño manjar. La idea de «tunear» unos huevos nube (en el curso de técnicas básicas de cocina que hice hace un par de años los llamaban «huevos princesa» y los hacíamos en sartén) me ha parecido muy original, y le veo un montón de posibilidades. Por cierto, probaré a hacerlos en el horno como explicas. Y el uso del salmón… Ya me imagino todas esas texturas diferentes en cada bocado… Si a mí me saliesen recetas así con cuatro cosas de la nevera sería la mar de feliz 🙂
Besitos y enhorabuena por la receta
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias… lideresa 🙂
Que cierto es que la necesidad agudiza el ingenio y como no tenía ni tiempo ni ingredientes, apañé lo que pude con lo que tenía, que para una vez que no era un producto «dulce» no podía fallar! 😉 El resultado es muy interesante -divertido diría yo- y lo volveremos a preparar porque lo de la nube, como bien dices, puede dar mucho de si! Muchas gracias Mónica y +besitos!
Me gustaMe gusta
Una vez más me sorprendes con tu forma de redactar y por supuesto con tu receta, como ya te he dicho en facebook, el huevo nube está de moda y tengo muchas ganas de probar a ver qué sale. Felicitaciones Antxon! 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias Ana! La verdad es que hace un tiempo que tenía ganas de probar cómo era eso del huevo nube y la ocasión era la adecuada 😉 Gracias por tu amable comentario, me encanta que disfrutéis con la lectura tanto como con con la receta. besitos!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Jijijii, pues sí, sin hacer el mollet me ha dado el ataque de risa, jijiiji. Menos mal que al final descubrimos el misterio de por qué no me salían.
Pero anda si te cuento. Estos días en Francia, un día para comer, espárragos blancos con huevo mollet y vinagreta de mostaza. Y voy y pregunto a la persona que cocinaba ¿Cuánto tiempo los tienes cociendo? Y me dice 7 minutos. ¿¿¿¿¿Siete minutos????? Nooooo, eso no puede ser!!!! (Nuestra conversación agolpando mi mente).
Pero es una persona con mucho genio y no quise discutir. Así pasó, nos comimos un huevo duro.
Y en cuanto a la receta, espectacular, con técnica, deliciosa. Y así eres tú, sencillo y grande.
Un besote amigo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
jejeje! Eso me recuerda a lo que suelo hacer; no discuto cuando no merece la pena 😉 Si sabemos que con cinco minutos es suficiente para prepararlos, para que discutir, digan lo que digan, verdad Inma! 😉 Muchas gracias y muchos besitos teacher!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Guisantes frescos un domingo… eso sí es de no creerlo 🙂
Perfecto todo, la nube y el salmón.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Ni yo! Mira que los buscaba sin casi ninguna esperanza y tras una tienda en la que me los ofrecieron enlatados en la siguiente los tenían, y frescos! Y eso que ya es un poco tarde -por estas tierras- para ellos 😉 Muchas gracias, como siempre, Ana!
Me gustaMe gusta
Mira que tenía ganas yo de probar como quedaba el huevo nube jejeje. Muy chula la combinación.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias Sandra! Yo también tenía ganas de hacerlos y como la ocasión era perfecta para hacerlo… Pues a ello!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Madre mia! Pues si llegas a ir despacio no sé que haces y escribes.
Espectacular la redacción y la receta
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias Mari Sol (supongo) 😉 La receta es muy sencillita por las prisa y las mini-vacaciones pero de verdad que el resultado fue muy interesante (o divertido) Muchas gracias!
Me gustaMe gusta