Esta va a ser, seguramente, la receta más breve y sencilla de las que he publicado recientemente. Pero también es, al mismo tiempo y a mi modo de entender, una de las más interesantes y apetitosas. Una de esas recetas que tanto nos gustan a todos por la sencillez de su elaboración, su espléndida apariencia y su espectacular contraste de sabores, aromas y texturas. Tanto es así que para su elaboración vamos a utilizar únicamente tres ingredientes –y un par de matices– por lo que cada uno de ellos ha de ser de calidad. Sencillo no quiere decir simple y, cuando los ingredientes y las cocciones son mínimas los sabores, aromas y texturas contenidos en cada ingrediente han de brillar, de estar claramente presentes y de armonizar a la perfección. Aunque lo mejor de la temporada…