
Ahora que ya solo faltan unos días para la Navidad y que, una vez más, el tiempo nos invita a elaborar preparaciones calientes y reconfortantes, es hora de retomar un sencillo y clásico producto navideño como es la coliflor.

Me encanta esta exquisita flor de invierno ya sea gratinada, rebozada o simplemente cocida y acompañada de un sencillo refrito de ajos. Pero ya que estamos en estas fechas tan especiales vamos a presentarla de un modo algo más sofisticado aunque la elaboración continúe siendo absolutamente simple. La receta es un clásico de la cocina invernal francesa -Velouté de Choufleur- y constituye, a mi entender, una excelente y estabilizadora entrada caliente tras los consabidos aperitivos navideños. Vamos con los ingredientes;
- Una Coliflor mediana -de algo menos de un kilo y, sobre todo, blanca y dura-.
- Tres Patatas medianas.
- 250 mililitros de Caldo de Ave –como siempre, si es casero mejor, pero un Tetra brick de calidad también resulta apto-.
- 250 mililitros de Leche entera.
- Medio litro de Agua.
- Un bote pequeño de Nata entera -unos 125 mililitros-.
- Unos 50 gramos de Mantequilla.
- Un par de pizcas de Orégano.
- Un par de ramitas de Perejil fresco –o de cebollino-.
- Un par de lonchas gruesas de Panceta –Ibérica con algo de magro, a ser posible-.
- Un puñado de Nueces –que podemos sustituir por almendras fritas o avellanas tostadas en función de nuestras preferencias-.
- Sal y Pimienta al gusto.

Para comenzar, lavamos y cortamos la coliflor separando sus ramitos y desechando los pies más gruesos. Al mismo tiempo, pelamos y troceamos en cuartos las patatas. Tomamos una olla amplia y en ella colocamos los ramilletes de coliflor y las patatas y cubrimos con el agua, la leche y el caldo de ave. Salamos ligeramente, espolvoreamos el orégano, llevamos a ebullición y dejamos que hierva suavemente durante unos 20 minutos.

Mientras tanto cortamos la panceta en bastoncitos y los salteamos suavemente en seco -sin nada de grasa añadida- hasta que estén dorados y crujientes. Reservamos sobre un papel absorbente. Por último pelamos las nueces -o freímos las almendras o tostamos las avellanas- y las reservamos hasta el momento de emplatar.
Una vez que la coliflor está cocida -podemos comprobarlo con la punta de un cuchillo que ha de entrar sin resistencia- le añadimos la nata y la mantequilla y mezclamos bien. Terminamos pasando la preparación -pasapurés, robot, chino- hasta obtener una crema lisa y homogénea. Comprobamos el punto de sal y añadimos un poco de pimienta. La crema resultante ha de ser fluida pero densa para lo que podemos añadir un poco de agua -si está demasido pastosa- o dejar un tiempo al calor –si está demasiado líquida-.

A la hora de emplatar servimos un par de cazos bien calientes en cada plato o bol, añadimos por encima unos bastoncitos de panceta frita y unas nueces y acabamos espolvoreando un poco de perejil fresco finamente troceado. Y ya solo nos queda disfrutar de este agradable y reconfortante entrante, ideal para tomar entre los aperitivos y el plato principal. Así que como siempre, pero muy particularmente en estas fechas, bon appétit!
Como apetece! Me encanta la cremosidad que da la coliflor a las cremas de verduras. Seguro que esta crema está riquísima. Muxus.
Me gustaMe gusta
Queda estupenda! Muchas gracias y felices fiestas. +muxus
Me gustaMe gusta