
El pisto es una exquisita mezcla de verduras de temporada, pochada suavemente y que admite tantas variantes como cocineros se acercan a él. Y así, cada cual le aplica su saber y su sabor a la búsqueda de su propio resultado, siempre partiendo de una serie de ingredientes que comunes para todos; las verduras de verano. Este es el cómo y con qué lo elaboramos en mi cocina, de forma muy simple y con un resultado siempre sabroso. Para ello necesitaremos:
- Un Pimiento Rojo.
- Un Pimiento Verde.
- Cuatro Tomates bien maduros.
- Un par de Calabacines jóvenes.
- Una Cebolla fresca.
- Un par de dientes de Ajo.
- Una Patata mediana
- Medio vasito de Vino Blanco.
- Aceite de Oliva Virgen Extra -AOVE-.
- Sal y Pimienta al gusto.
En primer lugar lavamos bien todas las verduras, las troceamos en tiras de un tamaño similar y las reservamos para ir incorporándolas a medida que avance la preparación. Acercamos al fuego una cazuela baja y amplia -ya que la verdura abultará bastante en un primer momento- y ponemos en ella un buen chorretón de aceite de oliva, los ajos picados muy finos y la cebolla. Salpimentamos muy ligeramente y, en cuanto comiencen a tomar color, incorporamos el vino y dejamos que se evapore suavemente, momento en el que añadiremos los pimientos y la patata cortada en cubitos. Dejaremos que se vayan haciendo a fuego medio, removiendo de vez en cuando con cuidado de que no tomen color.

En el momento en que los ingredientes comienzan a ablandarse, incorporamos el calabacín, damos una vuelta completa a la mezcla para que se integre con las verduras ya pochadas -con cuidado para que no se deshagan- y continuamos con la cocción.

De nuevo, en cuanto el calabacín comience a verse transparente -o ligeramente blando- incorporamos el tomate, damos otra vuelta -con mucho cuidado, de nuevo, para que nuestro pisto no termine pareciendo un puré-, e incorporamos el tomate, una pizca de sal, una cucharadita de azúcar y dejamos que continúe la cocción durante unos 10 ó 15 minutos más.

En este punto, en el que el pisto ya está prácticamente listo, yo soy partidario de parar la cocción y dejar reposar un tiempo para que los sabores acaben por mezclarse bien. Cuando vayamos a consumirlo bastará con calentarlo muy suavemente durante unos 15 ó 20 minutos, verificando el punto de la sal y terminando por servirlo acompañado de un hilo de un buen aceite de oliva crudo y, según la necesidad o el gusto de cada quién, unos panes fritos o unos huevos mollet.

Y esto es todo. La receta es realmente sencilla y tan solo requiere de algo de tiempo y paciencia a la hora de preparar las verduras y en los tiempos de cocción de la mismas. En cualquier caso, el resultado siempre merece la pena. Bon appétit!
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