En realidad, y una vez dicho esto, la receta está prácticamente explicada. Limpiamos y troceamos las borrajas, preparamos una pequeña y ligera salsa con las almejas y mezclamos ambas partes. Entonces ¿cuál es el secreto de esta receta tan sencilla como sabrosa? Una vez más la respuesta es el sutil ensamblaje de sabores, aromas y texturas.