Vamos con una receta que es verdaderamente rápida, sencilla, sabrosa, diferente y, además, aparente. Una receta divertida que lo mismo sirve para una cena ante el televisor que de entrada para una «soirée» de compromiso. Es, además, una receta de pollo de esas que me gusta remarcar aunque solo sea por rendir homenaje al título de este pequeño espacio de aromas, gustos y palabras.

Como en sabéis, el Curry es una mezcla de especias originaria de la india que varía en función de la región y de los gustos de cada cocinero. En esencia, esta mezcla, también llamada Masala –aunque la exactitud de cada uno de estos términos da para muchas opiniones y debates-, suele estar compuesto por cúrcuma, comino, jengibre, cardamomo, pimienta, chiles, etc. En alguna ocasión he preparado una mezcla casera con éstas y otras especias –como, por ejemplo en mi Tartaleta de Cebolla y Beicon al aroma Masala– y el resultado es muy satisfactorio, muy adaptado al gusto personal –obviamente– y no demasiado laborioso.
Sin embargo, y para esta ocasión, he preferido emplear una mezcla ya envasada, no muy picante y de un extraordinario aroma cítrico –Royal Curry-. Lógicamente, el tipo de mezcla, su intensidad y cantidad a emplear queda en manos –y al gusto– de cada cual y de su aprecio por esta deliciosa e incomparable mezcla de sabores. Personalmente prefiero un aroma intenso y no excesivamente picante pero, para gustos están los sabores. Una vez dicho esto vamos con la breve lista de ingredientes que vamos a necesitar.
- 10 hojas de Pasta Brick –que podéis comprar en cualquier tienda o supermercado-.
- Dos Pechugas de Pollo de corral –unos 700 gramos de carne una vez limpia-.
- Una Manzana Verde de carne dura –tipo Granny Smith, por ejemplo-.
- Unos 150 gramos de Setas Shiitake.
- Unos 150 mililitros de Nata.
- Medio vasito de Vino Blanco seco –unos 100 mililitros-.
- Una nuez de Mantequilla –unos 20 gramos-.
- 3 cucharadas de Aceite de Oliva Virgen Extra.
- Unas 2 ó 3 cucharadas de Curry –al gusto y dependiendo del tipo de mezcla que utilicéis-.
- Unas ramitas de Cebollino fresco.
- Un Huevo –solo emplearemos la yema como adhesivo para cerrar los bricks-.

Comenzaremos por trocear las pechugas de pollo en daditos pequeños y aprovechamos para terminar de limpiar bien la grasa y durezas –si los hubiera-. Colocamos estos trocitos en un bol, los salpimentamos suavemente e incorporamos el aceite y el curry. Mezclamos bien todos los ingredientes y dejamos macerar durante unos 30 minutos.

Mientras tanto pelamos y troceamos la manzana en daditos de tamaño similar a los del pollo y los reservamos.
Al mismo tiempo limpiamos y laminamos las setas. Ponemos en una sartén amplia una nuez de mantequilla y media cuchara de aceite de oliva y acercamos al fuego fuerte. Cuando alcance buena temperatura salteamos rápidamente las setas y las reservamos también.

En esta misma sartén y una vez completado el tiempo de maceración, salteamos los daditos de pechuga junto con el líquido restante de la maceración, primero a fuego fuerte y, una vez se hayan dorado ligeramente por todas sus caras, a fuego suave durante unos 2 ó 3 minutos.
Incorporamos a la sartén los trocitos de manzana, el cebollino picado finamente, las setas, la nata y el medio vaso de vino blanco. Mezclamos bien todos los ingredientes y dejamos cocer suavemente hasta que la salsa espese bien. Retiramos del fuego y esperamos a que la mezcla se enfríe para poder manipularla –con lo que la salsa también tenderá a solidificarse-. Mientras tanto podemos precalentar el horno a 180ºC.

Vamos a ir armando los triangulitos. Para ello cortamos las hojas de pasta brick por la mitad y, a continuación cada una de las mitades de nuevo en dos –los trozos exteriores pueden ser más pequeños que los interiores ya que los vamos a desechar-. Tomamos una cucharada de la mezcla preparada y la depositamos sobre el extremo de uno de los cuartos de pasta –a unos dos dedos del borde-. Doblamos la pasta en triángulo varias veces sobre si misma hasta terminar sellando con una pincelada de yema de huevo batido. Como el sistema es mucho más sencillo de ver que de explicar para quien no lo haya hecho nunca, os dejo este enlace a YouTube en el que se explica perfectamente el proceso –es realmente sencillo-.
Una vez completados los triángulos los colocamos sobre papel sulfurizado ligeramente engrasado con un poco de aceite de oliva y los horneamos durante unos 15 ó 20 minutos hasta que alcancen un bonito y crujiente color dorado.

Los triángulos de pollo al curry están listos para ser degustados; crujientes pero tiernos en su interior, aromáticos y refrescantes y llenos de sensaciones y contrastes. Un verdadero deleite que podemos potenciar con un Chardonnay bien frío –o un merlot joven para los más osados-. Habitualmente suelo acompañarlos con una ensalada de brotes tiernos aliñada únicamente con aceite, sal y pimienta de Sichuan o bien con una salsa de yogur ácida –por ejemplo mi Dip de Yogur-. Y, una vez más, esto es todo. Espero que ustedes lo disfruten y como siempre… bon appétit!
¡Qué bricks más buenos! y las croquetadillas también tienen que ser todo un hallazgo, ¡uf, les tengo que buscar su momentillo como sea! me gustan ambas propuestas 😉 un beso y buen finde
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Muchas gracias Neus! No pensaba que las croquetadillas iban a tener tanta repercusión 😉 La verdad es que esta mezcla de croqueta y empanadilla en pasta brick quedan geniales. En cualquiera de los dos casos -sobre todo en las croquetadillas- recuerda cerrar bien los paquetitos para que no se salga el relleno. Gracias de nuevo por tu visita, un besazo y muy feliz fin de semana por esas islas tan maravillosas (uf, qué ganas de volver!)
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Impresionante, me ha encantado la receta Antxon. Besis
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Muchísimas gracias Mery! A ver si te animas a prepararla, que a pesar de toda la palabrería es bien sencilla y nos cuentas qué te parece 😉 +besitos!
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Cierto, tengo que ponerme manos a la obra que las voy apuntando y tengo una lista ya que no veas, jijiji. Besos cielo!
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Jejeje! Eso de la lista enorme de «cosas que quiero probar y hacer» me suena y mucho!. Alguna vez nos pondremos al día 😉 +besitos Mery!
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Estupenda receta… otra mas a mi lista de pendientes…. no veo el momento de probarla!!!
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Muchísimas gracias Ligia! Estoy seguro que si te gustan los sabores exótico, te encantará 😉 Y si te animas, no dejes de contarnos qué te ha parecido!
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Que pintaza!! El fin de semana lo pruebo. Gracias
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Muchísimas gracias! Y no dejes de comentarnos tus impresiones 😉
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Todo lo lleva esta receta me encanta así que no tardaré en prepararla . Qué buenos!!!!
Besitos !
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Y a ver si así superas tus malos tragos con el curry 🙂 En serio, estoy seguro de que si te animas, te encantará! +besitos!
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Me resulta curiosa la mezcla de shiitake con manzana… ¡Me la apunto para probarla! Porque este tipo de recetas estilo indio me apasionan.
Muchas gracias por compartirla, Antxon, un abrazo!!
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Muchísimas gracias a ti por tu s siempre acertados comentarios. Es cierto que la mezcla resulta bastante curiosa, la manzana aporta algo de acidez y frescor a la mezcla y la seta algo de profundidad de sabor y humedad, al menos en teoría, porque bajo la capa de un buen curry hay que buscar estos matices 😉 En cualquier caso el resultado es muy interesante. A ver si te animas y nos cuentas tus impresiones. Otra abrazo para ti, Alberto!
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¡Qué rico! La masa brick es deliciosa y tan versátil…
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Muchas gracias! De verdad que sí, últimamente he estado preparando «croquetadillas» de brick y quedan tan geniales como divertidas -masa de croquetas envueltas en brick y horneadas; un híbrido total- 😉
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Pues oye, suena muy bien eso de «croquetadillas», lo anoto para preparlo algún día… Saludos!
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Y nos cuentas a ver que os parecen 😉 +saludos!
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Esas «croquetadillas» si que tengo que probarlas, ¿cómo se te ocurrió? porque es algo que nunca hubiera imaginado.
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En realidad era una forma de reutilizar unas hojas de brick que me habían sobrado de otra receta y, como estaba preparando una masa de croquetas de chipirón, se me ocurrió que, en lugar de darles la cobertura crujiente al uso -pan rallado, panko o cereales- podía aprovechar el de la masa que rondaba por el frigo. Hice unos paquetitos que horneé y quedaron muy divertidos y crujientes (y sin nada de aceite de fritura!). 😉
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