Creo que decir que me gustan los champiñones es, a estas alturas, una obviedad -y, también, que va ser más fácil comenzar a contar qué cosas realmente no me gustan y acabamos antes; no llegan a la media docena-. En cualquier caso la receta que hoy os propongo es, a mi entender, una interesante fusión entre un plato tradicional de la cocina francesa y algo tan nuestro como es una estupenda panceta ibérica adobada y que acompañaremos con esa deliciosa cremosidad que aporta un huevo mollet.